Doce personas resultaron ayer heridas, cuatro de gravedad, en la isla indonesia de Sumatra por un seísmo de 7,7 grados en la escala de Richter que desató el pánico, disparó la alerta de tsunamis y provocó daños materiales y cortes eléctricos. La mayoría de los heridos sufren cortes, contusiones y traumatismos a causa de los daños en sus viviendas y las escenas de confusión posteriores. Tras el terremoto, de un minuto de duración, sus habitantes, azuzados por el recuerdo del gran tsunami que azotó esa región en 2004 y causó 168.000 muertos, abandonaron sus casas y huyeron de la costa.