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La gerente de un hotel de Toulouse desmiente que albergara a Anza

«Le Nouvel Observateur» ha salido esta semana a los quioscos con un reportaje sobre «El enigma Jon Anza». Según el semanario parisino, Anza se alojó en el hotel Le Clocher de Rodez tras su llegada en tren desde Baiona el 18 de abril de 2009. La propietaria del establecimiento desmentía ayer mismo esa información. No obstante, el reportaje arroja algunas pistas sobre la versión que prioriza la Policía francesa.

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Maite UBIRIA

La información publicada por «Le Nouvel Observateur» se asienta sobre dos pilares. El primero trata de explicar lo sucedido con Jon Anza tras su ingreso en el Hospital Purpan y una vez fallecido, en la morgue, en base a la ya manida tesis de los errores de coordinación.

Aunque los equipos que asistieron a Anza tras encontrarle desvanecido a las puertas del restaurante Hippopotamus no hicieron constar tal descripción en sus partes, el periodista Serge Raffy sostiene que «tomaron a Anza por un vagabundo», lo que favoreció que no se le prestara demasiada atención, hasta el punto de «dejarlo olvidado» diez meses en una morgue.

Ese pilar se tambalea a partir de la información publicada con anterioridad por este diario (GARA del 30/03/2010), según la cual el hospital mantuvo una fluida comunicación con la Policía y el Tribunal de la capital occitana, inicialmente, para solicitar la identificación de Anza y, tras su fallecimiento, para determinar qué hacer con el cuerpo. De hecho, apuntando a los «aspectos extraños» del caso y a «una investigación en curso», desde esas instancias se recomendó al hospital universitario la no inhumación del cadáver del militante vasco.

Por lo que afecta al segundo pilar en que el semanario parisino basa su información, éste coincide con algunos «comentarios» hechos llegar por «fuentes cercanas a la investigación» a distintos medios de comunicación franceses. Comentarios que tratan de reforzar la imagen de un «Anza con lagunas de memoria y desorientado» que se habría albergado «una o dos noches» en algún hotel antes de vagar sin rumbo hasta prácticamente morir en una céntrica calle de Toulouse.

«Le Nouvel Observateur» asegura que Anza pernoctó en el hotel Le Clocher de Rodez. El semanario narra que pagó una noche de hotel y que una empleada le encontró «tendido en la cama, con los brazos cruzados y mirando al techo». Añade que «era una persona de aspecto extraño» que incluso «puso problemas» para abandonar la habitación por la mañana.

El hotel, situado a unos diez minutos de la estación de tren, dispone de 43 habitaciones y está regentado actualmente por el matrimonio Pollet. La patrona no tuvo ayer reparos en desmentir la información. «Es alucinante», exclamaba tras tener conocimiento de lo publicado por el semanario parisino.

Mme. Pollet aseguraba a «Le Journal du Pays Basque» que ni la Policía Judicial ni ningún periodista ha visitado o telefoneado al hotel, situado en la plaza Jeanne d'Arc, a unos 300 metros del Boulevard Strasbourg, en el que Jon Anza fue recogido por los servicios de socorro.

«Habíamos abierto el hotel unos días antes, por lo que recuerdo que entre el 17 y el 19 de abril me ocupé personalmente de supervisar la limpieza de las habitaciones. Llevo diez años en este sector y le aseguro que tenemos prohibido irrumpir en las habitaciones para observar a los clientes», precisaba.

El desmentido añade un nuevo enigma al «caso Anza», sobre el que «Le Canard Enchaîné» publicó un artículo el 1 de abril dando cuenta de una «inspección interna» en el Tribunal de Baiona que la procuradora Kayanakis calificaba ayer tarde de rutinaria y desligaba expresamente de este tema.

Once jóvenes se niegan a declarar y exigen que se aclare qué sucedió

Once jóvenes independentistas han rehusado acudir a declarar ante las diligencias abiertas contra ellos por participar en un acto de desobediencia civil con el que quisieron denunciar, en julio del pasado año en la capital guipuzcoana, la desaparición del militante de ETA Jon Anza.

Estos jóvenes, a los que se les acusa de «desobediencia y atentado a la autoridad y desórdenes públicos», comparecieron ayer a las puertas del Palacio de Justicia de Donostia, donde hicieron pública su negativa a presentarse en los juzgados. Arropados por decenas de jóvenes, los procesados se dirigieron a aquellos que pretenden sentarlos en el banquillo para indicar: «No vamos a entrar en vuestro juego y, en vez de ello, aquí nos tenéis lanzando una pregunta a los mandatarios españoles y franceses. Zapatero, Sarkozy, ¿qué habéis hecho con Jon Anza?».

La espectacular protesta por la que pretenden juzgar a estos jóvenes guipuzcoanos se llevó a cabo el 31 de julio del pasado año. Nueve solidarios se colgaron de tres de los puentes que comunican las dos orillas del Urumea paralizando el tráfico, mientras que otros compañeros informaban a turistas y transeúntes del motivo de la protesta.

Como recordaron en la comparecencia, la Ertzaintza no tardó en personarse y en «arremeter violentamente» contra los jóvenes y rompiendo una cuerda, con lo que varios de ellos cayeron al agua.

Saben que pretenden castigarlos por «poner al descubierto la desaparición de Jon Anza y la guerra sucia»; pero la misma pregunta y denuncia que les llevó a realizar aquella acción de desobediencia les llevó ayer a comparecer ante la prensa, ya que, pese a que el cuerpo del militante ha aparecido, consideran que son muchos los interrogantes aún sin aclarar.

Reiteraron que «no silenciarán» a la juventud de este país y mostraron su disposición para trabajar con el objetivo de llevar a Euskal Herria hasta la independencia, «bien sea construyendo alternativas, bien denunciando y haciendo frente a la represión». En este contexto, añadieron que Euskal Herria se encuentra en «un momento decisivo».

Por todo ello, animaron a la ciudadanía vasca, y en especial a la juventud, a participar en la manifestación que el próximo 17 de abril, sábado, exigirá la verdad sobre lo que le sucedió a Jon Anza por las calles del centro de Donibane Lohizune. Oihana LLORENTE

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