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Primer disco en solitario de uno de los rockeros más populares, Slash

Desde la ruptura de Guns N' Roses, cabe opinar que todos los discos grabados por Slash eran discos suyos, pero oficialmente «Slash» es su primer disco en solitario; álbum, por contra, repleto de colaboraciones. Vocalistas sobre los que Slash ha definido y pensado cada una de las composiciones. De esta forma, «Slash» llega con vocalistas como Lemmy, Kid Rock, Iggy Pop, Ozzy Osbourne, Adam Levine, Dave Grohl, Ian Astbury, Chris Cornell y otros.

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Pablo CABEZA | BILBO

La historia musical de Slash comienza en el inicio de la década de los ochenta. Se agiliza cuando en 1984 conoce a Axl Rose gracias al mánager común de ambos, Vicky Hamilton. Meses después, Slash prueba para la banda Hollywood Rose, a la que ya pertenecen Axl Rose e Izzy Stradlin. Curiosamente no pasó la selección. Escuchado posteriormente material de Hollywood Rose, queda claro que no se perdió nada ante tan lastimoso material.

En este ritmo perverso de grandes músicos que no son aceptados en proyectos, resulta nuevamente llamativo que en una prueba de audición en búsqueda de vocalista para Velvet Revolver, banda creada por Slash tiempo después de la disolución de Guns N' Roses, no fuera elegido Myles Kennedy, un gran vocalista que ahora colabora en el disco que estamos tratando. Todavía más, las noticias desde EEUU indican que Myles será el vocalista global de la gira de Slash presentando el disco a lo largo de este año.

Tras nuevas rupturas de formaciones de un lado y de otro, finalmente, en 1985, se consolida la formación más relevante de Guns N' Roses, contando, evidentemente, con Slash (Saul Hudson) como guitarra solista.

Nadie puede negar que Axl Roses mejora una enormidad desde los días de Hollywood Rose a los de Guns N' Roses, pero el resplandeciente trabajo de Slash eclipsa (muy opinable) el curro chillón de Axl.

Cabe entender que «Slash» es el primer disco en solitario del británico Slash, aunque tras la ruptura de Guns N' Roses pasa por experiencias como Slash's Snakepit, Slash's Blues Ball y Velvet Revolver, donde ejerce de líder y alma, además de decenas de colaboraciones.

Para «Slash», Saul Hudson ha elegido un vocalista determinado: a cada uno le ha colocado en el micrófono adecuado y por él pasan Ian Astbury (The Cult), Chris Cornell (Soundgarden, Audioslave y Temple of the Dog), Rocco DeLuca (Rocco DeLuca and the Burden), Fergie (Black Eyed Peas, diseñadora, modelo, actriz, bailarina dobladora de dibujos animados...), Dave Grohl (Foo Fighters, ex Nirvana...), Myles Kennedy (ex The Mayfield Four y Alter Bridge), Kid Rock, Lemmy Kilmeister (Motorhead), Adam Levine (Maroon 5), Duff McKagan (Guns N' Roses...), M. Shadows (Avenged Sevenfold), Ozzy Osbourne, Iggy Pop, y Andrew Stockdale (Wolfmother).

Slash ha redondeado su disco contando con la producción de Eric Valentine (Queens Of The Stone Age, The All-American Rejects...), además de tener a dos músicos tan reputados como Chris Chaney (Jane's Addiction) y Josh Freese (A Perfect Circle/Nine Inch Nails) como base rítmica.

Slash, por su parte, se ha hecho cargo de la mayoría de arreglos y composición. «La idea fue muy simple desde el inicio -comenta-. Todos estos son artistas con los que quería trabajar y con los que pensaba que sería genial crear algo colectivamente. Y la verdad es que me quedé muy impresionado con las aportaciones de cada uno de ellos. Realmente estaban comprometidos con hacer un gran trabajo. Nos lo hemos pasado muy bien con estas canciones».

«Slash» se encuentra ya a la venta, en Europa sin que incluya una versión especial. Además, el 15 de este mismo mes se publicará en vinilo mediante el sello Cargo.

Catorce composiciones brillantes

No creemos que sea un disco de coincidencias ni entre críticos ni entre aficionados. Para unos posiblmente no aportará nada (el simplismo mental de quienes creen que la evolución es necesaria) y para otros, los seguidores de Slash, quizá estimen que es un disco demasiado dulce. La verdad de nuestros oídos, sin embargo, nos ha dejado catorce composiciones brillantes. Ajustadas a los vocalistas, recorren géneros como el rock para adultos, el blues-rock, el metal, el hard-rock, la balada... Siempre con solos efectivos, repletos de énfasis y plástica. En definitiva, un álbum entretenido tan tibio como carnal. P. C.

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