El descarrilamiento de un tren de pasajeros en el norte de Italia, causado por un corrimiento de tierras, dejó ayer por la mañana un saldo de una decena de muertos y 26 heridos, siete graves.

El accidente se produjo hacia las 9 de la mañana en la región de Merano, cerca de la frontera con Austria.

Una lengua de tierra de 400 metros cúbicos y una longitud de 15 metros se abatió sobre uno de los vagones. La ruptura de un canal de irrigación, que habría impregnado de agua el terreno, estaría en el origen de la tragedia, que tuvo lugar en un estrecho desfiladero. Organizaciones de usuarios han exigido una investigación.

La línea ferroviaria en la que se produjo el siniestro fue inaugurada en 2005 y es una de las más modernas del país.