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Raimundo Fitero

Memoria de luxe

Alguno de los presentes me podría indicar qué intentó investigar el Ilustrísimo (de momento) señor don Baltasar Garzón sobre el franquismo? Se está montando un buen lío a base de mentiras, intoxicaciones, adhesiones inquebrantables y desmemoria. La duda está en saber si se dejan engañar voluntariamente, si los están manipulando de manera mafiosa o si simplemente se apuntan a cualquier escandalera para tener cuota de pantalla. Queda muy bien declararse «antifascista» hoy por la tarde y mañana por la mañana rendirle pleitesía al Borbón, que algo sabe de lo que hacía aquel señor que lo nombró rey saltándose las leyes dinásticas.

La desfachatez supina se hace verbo en las declaraciones del padre de la ministra, el tal Jiménez Villarejo, diciendo que los que quieren empurar a Garzón no denunciaron la tortura de las brigadas político-sociales y que dictaban sentencias en el TOP. De acuerdo, es vergonzoso, pero las torturas siguen, las palizas, los «suicidios» en las cárceles, las redadas masivas contra «el entorno» sin ninguna garantía procesal como se ha demostrado tantas veces y un tribunal excepcional por excelencia: la Audiencia Nacional. ¿Es la ley? Pues exactamente lo mismo hacían antes, todos actuaban bajo el amparo de la ley existente. ¿Justa o injusta? Ésa es la cuestión.

Alguien puede indicar quién de estos señores con mando en juzgado les ha pedido explicaciones judiciales a los que firmaban sentencias de muerte en los consejos de ministros de Franco. Podrían empezar por Fraga y así sucesivamente hasta llegar a dónde quieran. El problema viene de la nefasta transición que sirvió para que la frase lacónica de «atado y bien atado», que sonaba a entelequia, se haya convertido en un vaticinio cumplido. Pero ahí están los de la memoria de luxe jugando a contestatarios, montando un espectáculo sentimental en defensa de un juez que entró en las dependencias de un periódico, al frente de cientos de hombres armados, de la mano de Aznar. Mirad las hemerotecas. Garzón, con su escopeta pegando tiros en cacerías berlangianas por los montes jienenses, se retrata. No hace falta mucho más. En las teles tienen archivos.

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