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Raimundo Fitero

Absorción

Los pasos que se están dando en el acuerdo entre Tele 5 y Cuatro nos van despejando las dudas: no se trata de una fusión, sino de una absorción en toda regla. Sin conocer los acuerdos accionariales y los movimientos estratégicos, lo cierto es que se está viendo en la programación que va incorporando Cuatro, para convencerse poco a poco que se trata de un territorio experimental para la mayor, para Tele 5, que van a convertir Cuatro en una cadena subsidiaria y, todo puede ser, en unos años, hasta que desaparezca, que se disuelva totalmente en la central, en la que está luchando por la publicidad, las grandes audiencias y la preponderancia, transmitiendo en cada segundo de programación ideología a lomos del populismo, la banalidad, el entretenimiento más chabacano. La necesidad de mantener una cuota de pantalla tan millonaria que solamente se puede conseguir con oferta que impliquen muy poca colaboración intelectual.

La bajada de audiencia en todas las franjas de Cuatro es un síntoma. Por bajar, ha bajado hasta «EL Hormiguero» que parecía un programa infantil bien arropado por la clientela, pero nada, las hormigas han sido fumigadas con cuatro chistes. El cansancio en el programa del ególatra Pablo Motos es notable. Su futuro no está claro. El programa del gritón Iñaki López, en Cuatro, está ya sentenciado: su audiencia es testimonial, ínfima, no tiene solución, los saltos a las programaciones estatales, desde las televisiones locales, es difícil. Y en este caso, una imprudencia de los programadores.

La última aparición es Santi Milán con un programa de noche, «Uau», de la escuela de Buenafuente, Sardá, de ese humor a la catalana, amable, con mucho espectáculo, pero que va a demostrar una vez más que los equipos son muy importantes y que él es muy simpático, atractivo, etcétera, cosas necesarias, pero insuficientes para mantener el tipo. Está en una cuota de pantalla que puede parecer competitiva, pero Tele 5 le ayudó con todo, y estamos, ojo al dato, en la vuelta a las estéticas de los pelícanos y marcianos. Si funciona irá a Tele 5, y si se ahoga, morirá en este desolladero televisivo en el que se ha convertido esta cadena perdida.

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