El autor despoja de todo valor práctico la pretensión teórica de que la educación de los niños hoy procurará el control de los adultos mañana. A lo largo del artículo, insiste en que la escuela no puede tomarse como un factor decisivo en la conformación de la personalidad, puesto que son infinidad los factores determinantes en ese complejo proceso. Y más si el sistema educativo es como el que actualmente padecemos. «Si alguien piensa que una persona egresa del sistema educativo con las ideas ordenadas, sabiendo cuál es su lugar en el mundo y qué papel tiene que cumplir en él, va de cráneo», señala Moreno.

No somos un viejo pueblo, somos una nueva nación. En esa dirección llegaremos a buen puerto, ahí resucitarán nuestros muertos y regresarán a casa nuestros amados. Y seremos lo que queremos y necesitamos ser