El Ejército tailandés amenazó ayer con abrir fuego contra los manifestantes antigubernamentales si intentaban forzar las barreras que protegen el barrio financiero de Bangkok, obligándoles a renunciar a una nueva manifestación.

Los «camisas rojas» habían convocado a una gran jornada de acción contra el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, pero únicamente se reunieron 6.500 personas, mientras que desde el poder no se deja de endurecer el tono, diez días después de los enfrentamientos que provocaron 25 muertos y más de 800 heridos en Bangkok.

El lunes por la mañana, miles de policías antidisturbios y soldados, muchos de ellos armados con fusiles de asalto, tomaron posiciones para blindar el barrio de Silom, centro financiero de la capital tailandesa.