En la última década ha desaparecido el 80% de las explotaciones lácteas en Hego Euskal Herria. Una severa involución con la que el sector ha pagado, y muy cara, la concentración intensiva de la producción promovida por el Gobierno de Lakua, en favor de la gran industria -con gran trasvase de dinero público- y en detrimento de las pequeñas explotaciones. Bajo la consigna de producir, por encima de todo, al menor coste posible, los ganaderos han visto cómo paulatinamente se han reducido sus márgenes de beneficio hasta llegar a un punto, el de la actualidad, en el que el coste por un litro de leche es de 35 céntimos, mientras que las grandes productoras lo venden a 30 céntimos.

Y el panorama al que se enfrentan en el futuro próximo, lejos de mejorar, parece abocado a un empeoramiento progresivo. Para 2015, la Unión Europea liberalizará el sector, lo que provocará un incremento del 10% en la producción de leche, pero a cambio estima que el precio se reducirá en un 15%. Así, se impone a pasos agigantados un modelo en el que sólo importa la producción barata de la gran industria, sacrificando los parámetros de calidad que todavía defienden el sindicato EHNE y los baserritarras.