Tras la última operación policial
En el auto no figuran vigilancias a Rubalcaba, quien se obceca con Pla
El pasado jueves el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmó en rueda de prensa que los detenidos habían transmitido a ETA datos para atentar contra él. Al día siguiente, aseguró que David Pla es uno «de los hombres fuertes» de ETA. En el auto del juez Grande Marlaska no se hace mención alguna a ninguna información sobre el ministro y la Policía francesa dejó libre a Pla. Ahora Rubalcaba se obceca en que buscará pruebas para poder encarcelarlo.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
La comparecencia del ministro de Interior del pasado jueves para dar cuenta de la detención de diez personas acusadas de pertenecer a ETA convirtió en principal titular de la operación su anuncio de que los arrestados habían trasmitido información a ETA sobre él mismo. «Se supone que para que la banda la utilizara con las peores intenciones», precisó Alfredo Pérez Rubalcaba. Al día siguiente, todos los periódicos reflejaban el anuncio. Y algunos precisaban que se hacía referencia a un restaurante al que solía acudir.
El auto hecho público por el juez Fernando Grande-Marlaska en la noche del lunes ordenando el encarcelamiento de cinco de los diez detenidos es pródigo en datos. En él se detalla abundante documentación que se dice ha sido incautada a los arrestados o a supuestos miembros de ETA. Sin embargo, no hay mención alguna a un hecho tan llamativo y noticioso como la existencia de datos para atentar contra el hoy ministro de Interior, ni se refieren vigilancias del mismo ni de ningún lugar que frecuente.
La única referencia que en el apretado auto se hace al «envío a ETA de informaciones para posibles acciones terroristas» se afirma que es «sobre tres vehículos que podrían corresponder a escoltas de cargos públicos», donde se da cuenta de sus itinerarios.
París contradice a Madrid
Al día siguiente de haber anunciado que su nombre estaba entre los vigilados por los detenidos, Alfredo Pérez Rubalcaba volvió a comparecer ante los medios de comunicación, y en esta ocasión sus referencias a la operación policial se centraron en el arresto en Hendaia de David Pla, a petición de las autoridades españolas.
En su habitual tono aseverativo y sin dejar lugar a la presunción de inocencia, Alfredo Pérez Rubalcaba definió a Pla como uno de los «hombres fuertes» del aparato político de ETA. Para apoyar sus afirmaciones, apuntó que llevaba tiempo siendo «investigado y seguido» por la Policía Nacional española. Añadió que era «el jefe» de los detenidos en días precedentes en otros puntos de Euskal Herria.
Sin embargo, las autoridades francesas pusieron en libertad a David Pla el lunes por considerar que no había pruebas contra él. Este dato no es sólo relevante por lo que supone con respecto a las declaraciones de Rubalcaba, sino por la influencia que puede tener en este sumario.
¿Quién es «Mintxo»?
El auto de Fernando Grande Marlaska comienza haciendo referencia a una supuesta reunión de David Pla con Jon Salaberria el 17 de mayo de 2008, cuyo contenido, en un principio, no acertó a determinar la Policía.
Según el mismo auto, después de la detención de Salaberria y otros supuestos militantes de ETA y de desencriptar la documentación informática que se les intervino, la Guardia Civil dice estar en condiciones de «interpretar los movimientos realizados por David Pla Martín el día 17 de mayo de 2008, pero sobre todo un movimiento extraño realizado el domingo 18 de mayo de 2008, donde se detectó operativamente una segunda «cita orgánica», en esta ocasión con un individuo que es identificado como el abogado Jon Enparantza Aguirre». Además, se identifica a Pla con el alias Mintxo, y de eso cuelgan buena parte de las acusaciones posteriores contra los cinco detenidos enviados a prisión por el juez.
Sin embargo, las autoridades francesas han puesto en libertad a David Pla. En el registro de su domicilio no se han encontrado pruebas que lo incriminen y ponen en duda que el alias de Mintxo haga referencia a él. Pero hay más. Según publicaba «El Mundo» en su edición de ayer, existen «informes policiales que indicarían que Pla se encontraba en la prisión de Fresnes, de visita» en las fechas en las que las FSE españolas apuntan que había tenido su cita con Jon Salaberria.
Rubalcaba, insiste
Ante la puesta en libertad de David Pla, el ministro de Interior no da su brazo a torcer y ayer aseguró que «vamos a seguir trabajando para presentar pruebas, porque creemos saber cuál es el papel que este señor jugaba en la banda terrorista». Si la jurisdicción francesa le ha dicho que «faltan pruebas», el Gobierno va a «seguir trabajando para conseguir esas pruebas». Su objetivo es «demostrar que este señor es realmente quien creemos que es dentro de la banda terrorista ETA».
Por otra parte, en el auto aparece también una referencia a propuestas de «cometer atentados contra altos cargos del PNV, citando expresamente a Iñigo Urkullu», aunque no de forma tan nítida como se recogieron ayer en algunos periódicos. El presidente del EBB dijo haberse enterado del dato por los medios, mientras que Rubalcaba aseguró que se lo había comunicado «en el momento procesal oportuno».
Con objeto de denunciar los malos tratos denunciados por su convecina Naia Zuriarrain, así como el arresto del joven Alberto Marín, «Rupi», una manifestación partirá a las 19.30 de esta tarde desde la plaza San Pedro de Deustua en contra de la incomunicación.
Enparantza ha sido trasladado desde la cárcel de Soto de Real, sin que se conozca su paradero. Al mediodía llamó a su compañera confirmando que estaba en esta prisión, pero por la tarde a su abogada le informaron de que ya no se encontraba allí.
Malas traducciones El auto contiene traducciones erróneas en las pocas frases que se incluyen en euskara, lo que resulta relevante cuando la mayor parte de la documentación incautada en los despachos de los abogados arrestados y otros puntos está en este idioma.
El relato del trato recibido en comisaria de Saioa Agirre y Naia Zuriarrain vuelve a corroborar que ser mujer es una carga añadida en los calabozos de las FSE. Las dos jóvenes vizcainas avanzaron a sus letradas que han sido víctimas de acoso sexual y tocamientos por parte de los guardias civiles que las custodiaban, y ambas ratificaron lo sufrido en dependencias de la Guardia Civil tanto al médico forense como al juez instructor Fernando Grande-Marlaska.
Los malos tratos denunciados de forma somera por los arrestados la noche del miércoles, nada más comparecer en la Audiencia Nacional, fueron tomando cuerpo ayer, aunque se espera que sea hoy cuando se conozcan los testimonios, después de que los cinco ciudadanos encarcelados por orden del juez Fernando Grande Marlaska hayan tenido ocasión de departir con sus abogados de confianza.
Pese a la escasa información, el movimiento pro amnistía sí avanzó que el profesor de Bellas Artes Erramun Landa ha tenido que permanecer ingresado durante tres días en un hospital, después de haber padecido una «crisis» en su salud. La nota emitida no detalla ni a qué se debía el ingreso ni cuál fue el centro sanitario en el que ha permanecido este vizcaino, pero cabe recordar que pocas horas después de su arresto, Landa, como la zornotzarra Saioa Agirre, ya fue trasladado a Urgencias del Hospital de Basurto, sin que tampoco entonces trascendiera el motivo.
Las denuncias coinciden en que los agentes amenazaron con practicar diversos métodos de tortura. En el caso de José Luis Gallastegi, además de obligarlo a mantener posturas forzadas y a realizar flexiones hasta la extenuación, le amenazaron con hacerle «la bolsa», «la bañera» y colocarle electrodos.
Además de los golpes, bofetadas y presiones denunciadas por Agirre y Zurriaran, esta última denunció que «le ataron las manos con goma espuma y le metieron en un pequeño habitáculo».
Los letrados Arantza Zulueta, Iker Sarriegi y Jon Enparantza, así como el ex preso usurbildarra Txomin Aizpurua, denunciaron haber sido sometidos a largos interrogatorios durante los cinco días en que han permanecido incomunicados. El usurbildarra precisó, además, que en los interrogatorios llegaron a estar presentes hasta 8 militares de la Guardia Civil. GARA
El auto recoge referencias, en algunos casos muy explícitas, a abundante documentación que carece de cualquier tipo de relevancia penal y que lo único que parece buscar es su difusión pública y la consiguiente manipulación de la parte extractada.