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Fermin Gongeta da claves de la toma de conciencia política de La Pasionaria en «La hija del artillero»

«La hija del artillero», primera obra de Fermin Gongeta (1942, Lutxana-Barakaldo), que inicia nueva colección narrativa en Txertoa, cuenta 29 años de vida de Dolores Ibarruri, La Pasionaria, desde 1910 hasta 1939.

Anartz BILBAO | BILBO

«Cambio la fe en Dios por la fe en el socialismo». Esta frase, tan manida y repetida al hablar sobre Dolores Ibarruri, La Pasionaria, encendió la mecha para que Fermin Gongeta escribiera la obra «La hija del artillero», que cuenta novelada 29 años de vida de Ibarruri, los que van desde «la gran huelga de 1910 hasta la caída de Madrid en manos de los franquistas, en 1939». Pues, según Gongeta, «no se trata de un acto de fe. Ibarruri fue testigo y participante activa de las lucha minera de Bizkaia, y la semilla del socialismo encontró en ella tierra abonada para que fertilizara».

Gongeta, que para escribir su primera obra se ha apoyado, sobre todo, en «El único camino», escrito por la propia Dolores Ibarruri, además de los libros en los que se habla de ella, donde el período elegido por Gongeta «se resumen en pocas palabras». Se trata del período que va de 1910 -en el que La Pasionaria tenía apenas 15 años- hasta 1939. Época en la que La Pasionaria adquirió -cuenta el autor- «el pensamiento socialista como necesidad de lucha y de liberación, y no como de fe».

Novelar la obra, que narra casi tres décadas, le ha llevado a Gongeta tres años, y la escribió en la tierra que ella, La Pasionaria, pisó», pues tanto el autor como Periko Solabarria, quien se ha encargado del prólogo, conocen bien la antaño Zona Minera. Además, «para escribir el libro hemos pateado Gallarta, así como visitado la cárcel -estuvo encarcelada tres veces-, hablar con su hija...».

Rebeldía

«Dolores Ibarruri nació rebelde y mantuvo su rebeldía toda su vida», mantiene Gongeta, al explicar el título inicial de la obra, que Txertoa ha publicado como «La hija del artillero», pues el padre de La Pasionaria, Carlista, tuvo una fuerte influencia en ella, que nació en una familia carlista muy católica -aunque tanto Gongeta como Solabarria mantienen que «educada en el cristianismo, fue también precursora de la rebeldía contra la iglesia».

De manera amena y novelada, Gongeta, quien cree que La Pasionaria fue maltratada tanto por la oposición como por sus correligionarios, defiende también la tesis de que «fue abertzale, tuvo conciencia del problema nacional, a su manera y a su tiempo». Creada como mito, pero de vida sencilla, Solabarria -este es su primer prólogo- destaca de ella su «feminismo, su humanidad como mujer, pionera en participar en política junto a los hombres».

COLECCIÓN LARREA

Con «La hija del artillero» la editorial Txertoa inicia la colección Larrea, que publicará en breve «Nosotras las brujas vascas», conjunto de relatos de la navarra afincada en Donostia Karmele Saint-Martin.

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