El conflicto de Halle-Vilvoorde vuelve a tumbar al Gobierno belga
Bélgica vuelve a estar sin Gobierno y, una vez más, la causa de la dimisión del primer ministro Yves Leterme se debe al distrito de Bruselas-Halle-Vilvoorde, en el que confluye el conflicto entre flamencos y valones. El rey Alberto II todavía no ha dado una respuesta, pero todo apunta a que comenzará un nuevo ciclo de negociaciones entre los partidos para la formación de un nuevo Ejecutivo.
Martxelo DÍAZ
El distrito de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), situado en Flandes pero en el que unos 100.000 habitantes valones pueden votar a partidos de su comunidad -lo que es considerado como un agravio por los flamencos-, ha vuelto a provocar una nueva crisis de Gobierno en Bélgica.
Yves Leterme volvió a presentar su dimisión como primer ministro al rey Alberto II. De este modo, comienza de nuevo el ciclo de conversaciones entre partidos para formar un nuevo Gobierno, previsiblemente a cargo del propio Leterme, que tiene casi más experiencia en negociar que en gobernar.
A pesar de que las crisis de Gobierno debido a discrepancias identitarias son casi un ritual en el Estado belga, ya que se repiten cíclicamente, en esta ocasión es especialmente grave, ya que Bruselas asumirá dentro de apenas dos meses la Presidencia de turno de la UE.
Por tanto, vistos los antecedentes, con negociaciones entre partidos que precisan de meses para la formación de Gobierno, no es descartable que la Presidencia belga comience con un Ejecutivo en funciones.
De este modo, el prestigio de las instituciones belgas se arrastraría por los suelos, contagiando asimismo a la propia UE, después de una Presidencia espa- ñola que puede calificarse de cualquier cosa menos de exitosa.
La nueva crisis estalló ayer cuando el partido liberal flamenco (Open VLD, la formación del ex primer ministro Guy Verhofstadt) decidió abandonar el Gobierno.
Aunque formalmente, tras el abandono del Open VLD, los cuatro partidos que permanecían en el Gobierno -los cristianodemócratas flamencos de CD&V, los liberales valones de MR, los socialdemócratas valones de PS y los cristianodemócratas valones de CdH- disponían de 76 parlamentarios de un total de 150, su precariedad era tal que Leterme decidió presentar su dimisión al rey.
La marcha del Open VLD dejó al Gobierno escorado hacia los valones, ya que sólo estaría representada una formación flamenca y tres valonas, lo que chocaría con la necesidad de mantener el equilibrio entres las dos comunidades.
Más allá del conflicto concreto de Bruselas-Halle-Vilvoorde, esta nueva crisis de Gobierno ha sido originada por las demandas de mayor autogobierno por parte de los flamencos, que se consideran infravalorados en las instituciones belgas.
Desde que se celebraron las elecciones en 2007, existía el compromiso de buscar un encaje a las reclamaciones nacionales flamencas mediante las reformas institucionales que fueran precisas. Los partidos valones, en cambio, se han mostrado opuestos a cualquier modificación de la actual estruc- tura institucional belga.
El resultado ha sido un bloqueo permanente y recurrentes crisis políticas, que han llevado a la paralización de las instituciones belgas.
La crisis económica ha servido, paradójicamente, de bálsamo durante los últimos meses y ha permitido funcionar al Gobierno de Leterme, que sustituyó a Herman van Rompuy cuando fue nombrado presidente del Consejo Europeo en noviembre de 2009.
Esta circunstancia ha provocado el incremento de las demandas independentistas entre los flamencos, defendidas por la formación N-VA y también por la ultraderechista Vlaams Belang.
Los diputados de Vlaams Belang reclamaron ayer la independencia de Flandes en pleno Parlamento federal de Bélgica cantando el himno flamenco y desplegando una pancarta con el lema «Ha llegado la hora de la independencia».
Bélgica no se convirtió ayer en el primer país europeo que suspende el uso del velo integral islámico en los lugares públicos -incluida la calle-, ya que la votación de la ley que estaba prevista ayer en el Parlamento federal fue suspendida por la dimisión de Yves Leterme.
Los presidentes de los grupos políticos de la Cámara de Diputados anunciaron ayer por la tarde que el Parlamento no se iba a reunir en sesión plenaria, tal y como estaba previsto, debido a la nueva crisis de Gobierno.
De este modo, la votación sobre la prohibición del uso del velo integral islámico, que se encontraba en el orden del día de ayer, se retrasó «sine die».
Si el rey Alberto II acepta la dimisión de Yves Leterme supondría también la disolución del Parlamento, con lo que la ley no podría aprobarse hasta la celebración de unas nuevas elecciones y la elaboración de una nueva proposición de ley.
En cualquier caso, el escenario más probable es que el rey encargue al propio Leterme que encabece las negociaciones para la formación de un nuevo Gobierno y que el actual Ejecutivo se mantenga en funciones, por lo que el Parlamento no se disolvería.
De todos modos, los partidos flamencos y valones estarán más preocupados de la formación del nuevo Gobierno que de la tramitación de esta ley, que podría verse, por los tanto, retrasada.
El uso del velo integral islámico es un fenómeno completamente marginal tanto en Flandes como en Valonia. GARA
El presidente del partido independentista flamenco N-VA, Bart de Weber, destacó que la caída del Gobierno belga no se debe sólo a Halle-Vilvoorde sino a la inoperancia del Ejecutivo.