Alvaro Reizabal Abogado
Trascendencia jurídica de los Pirineos
No seré yo quien diga que el sistema judicial francés es como para echar cohetes; primero por que no lo conozco y después porque en todas partes cuecen habas. Pero, visto lo visto, podemos decir que en Madrid las cuecen a calderadas
No es mi intención tratar hoy uno más de lo extraños temas de que se ocupa el desocupado Parlamento Europeo y cuyo mero enunciado desata apasionado interés y profundo sopor, sino analizar acontecimientos ocurridos esta misma semana y que resultan sorprendentes o, cuando menos de muy difícil explicación.
Suelen atribuir a Alejandro Dumas, padre, la famosa frase «África empieza en los Pirineos» que, según dicen, pronunció tras un viaje a España. No sé si la frase es suya o no, vaya usted a saber, pero ciertamente hay ocasiones en que puede pensarse que sea quien sea el que pronunciara ese enunciado, no andaba falto de razón. Y, sin duda, una de esas ocasiones se ha producido estos mismos días. Me refiero a la detención de 10 personas, en Hego Euskal Herria y posteriormente de otra en Ipar Euskal Herria. Según se ha publicado, los detenidos por la Guardia Civil lo han sido al haberse recibido de la justicia francesa una comisión rogatoria en relación a la detención en 2008 de supuestos militantes de ETA en Burdeos. Analizada la documentación y remitida a Madrid por la juez Le Vert, el Juzgado Central número 3 ordenó la detención e incomunicación de los arrestados y el secreto de las actuaciones. Entretanto, el responsable político de la operación, el ministro del Interior español, vulnerando el secreto acordado y la presunción de inocencia de los denunciados, realizó todo tipo de declaraciones acusándoles de delitos de cuya comisión estaba superseguro, hiperseguro, algo que es muy guay y chachi piruli. A tres de ellos les llamó abogados a tiempo parcial, contrato que el Gobierno quiere potenciar para maquillar los datos del paro y, por último, carceleros, denominación que también se aplica a los funcionarios de prisiones, cuerpo dependiente de su Ministerio, y pese a lo cual no parece tener muy buena opinión según se desprende de estas declaraciones.
En Ipar Euskal Herria detuvieron a un vasco de Iruñea, a quien el lenguaraz ministro no dudó en calificar, de inmediato, de ser el jefe de los abogados detenidos en el Sur y uno de los máximos responsables del aparato político de ETA.
Han pasado los días y ya conocemos los resultados del doble operativo: el superjefe quedó en libertad a las pocas horas al considerar la juez Le Vert que no existen indicios de criminiladidad. Entre tanto, sus supuestos subordinados han pasado cinco días incomunicados, han denunciado haber sido maltratados, no han podido ser asistidos por abogados de su confianza, a los que, una vez más, se nos expulsó del juzgado como a infectados, y han sido encarcelados. En principio, el material incriminatorio utilizado por ambos jueces era el mismo.
No seré yo quien diga que el sistema judicial francés es como para echar cohetes; primero por que no lo conozco y después porque en todas partes cuecen habas. Pero, visto lo visto, podemos decir que en Madrid las cuecen a calderadas. Se evidencia así la trascendencia jurídica de los Pirineos.