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Urnas llenas de soberanismo

La consulta realizada en más de 200 municipios catalanes, algunos de ellos tan significativos como Lleida, Girona o Reus, permitió ayer a sus vecinos expresar libremente su parecer acerca del modelo de organización política con la que desean que se articule Catalunya en el futuro. La normalidad y un ligero descenso en la participación con respecto a anteriores convocatorias marcaron una jornada en la que las urnas se volvieron a colmar con votos favorables a la opción soberanista. La iniciativa, que cierra ahora su tercera fase a la espera de la decisiva convocatoria en la ciudad de Barcelona, se ha convertido en un termómetro de valor incuestionable para determinar cuál es temperatura del sentimiento independentista catalán, que a juzgar por el recuento de los sufragios goza de excelente salud.

Aunque no puede obviarse el descenso, ligero pero sostenido, de la participación de la ciudadanía -que alcanzó el 26% en la primera consulta realizada a finales de 2009, bajó al 21% en marzo pasado y que ayer no superó el 20%-, la afluencia fue calificada por los promotores de la iniciativa como «notable», habida cuenta de que la consulta no tendrá valor legal ni vinculante alguno, extremo que, en términos cuantitativos, habitualmente resta implicación en experiencias de este tipo.

La consulta, celebrada con el esfuerzo de 30.000 voluntarios y bajo la atenta mirada de observadores internacionales -entre ellos, varios independentistas vascos-, cobra si cabe un mayor valor político en el contexto del creciente rechazo de la opinión pública catalana al viciado proceso que se sigue en el Tribunal Constitucional sobre el Estatut que en su día aprobase el Parlament. Así, las urnas volvieron a hablar de la necesidad de impulsar un marco en el que la ciudadanía catalana sea la depositaria de la capacidad para decidir, como único horizonte de futuro con consistencia real para el país. Un futuro aún incierto, pero que encuentra en iniciativas como la de ayer una base sólida y plenamente democrática que, también para Euskal Herria, puede servir de referencia enriquecedora para los desafíos que se avecinan.

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