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Raimundo Fitero

Vito

No sé cuál era el baile que bailaba el santo Vito, pero uno aprecia como si existiera ese denominado baile de San Vito en algunas entidades televisivas, cadenas, programadores y productores. Por cierto, el Baile de San Vito, es el nombre con el que se conoce popularmente la Corea de Sydenham, que es una enfermedad neurológica con la que no hay que hacer muchas bromas. Hay nerviosismo generalizado en las parrillas. Los estrenos se suceden, pero las defenestraciones aumentan. Nadie parece tener patente ni seguridad y el intercambio de profesionales entre cadenas remueve el cotarro, las nóminas, pero genera incertidumbres.

Cuatro ha optado por presentar un «Caiga Quién caiga» comandado por mujeres, lo que le da un aire nuevo y en una primera entrega, vista sin detenimiento, lo que encontramos es que mantiene los marcadores vitales en baja intensidad corrosiva, es decir, acumula gestos y bromas, pero no llega a ningún punto que se pueda considerar abrasivo. Pero las tres profesionales de la mesa, saben estar, tienen reflejos, manejan bien los tiempos y los guiones. Veremos su evolución. Por cierto, ¿es correcto que estas mujeres vayan vestidas como los hombres? No me hagan caso, son preguntas retóricas.

Seguimos pensando que todo cuanto sucede en estos momentos en Cuatro es provisional, es un campo de experimentación, un taller de pruebas, la fuente de futuribles de su compradora Tele 5. Quizás nos engañemos y pretendan guardar las dos marcas diferenciadas con ofertas complementarias. Veremos cuanto aguanta este nuevo CQC porque empezó con un porcentaje de audiencia que en otros momentos sería peligroso pero dada la bajada general, puede resultar de los programas mejor situados de la cadena.

En los programas de los forenses del salchichón de los viernes, las sinergias son tan absolutas, los temas tan manoseados y los personajes tan intercambiables que han llegado a tener a un Janeiro en una cadena, despotricando, y en la otra, la famosa Esteban contestándole casi en directo. Fascinante interrelación, una suerte de abducción. Todo es lo mismo y tiene sus conexiones. Si San Vito lo viera, ¿bailaría o cantaría?

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