El FMI, causante de la crisis, y la UE, en crisis permanente, son incapaces de ayudar a Grecia
No cabe duda de que la época actual está caracterizada por el término «crisis». Hasta tal punto que es difícil saber de qué crisis se está hablando cuando se hace referencia a ella: la crisis sistémica del capitalismo, la crisis financiera que destapó la primera, la crisis política que las ha ocultado a la vez que propiciaba ambas, las concretas crisis derivadas de esa general que se dan en territorios... Y es que, en realidad, existe un profunda relación entre todas ellas, todas conforman un sistema agotado que, no obstante, se resiste a ser cuestionado. Así está quedando en evidencia en el caso de Grecia. Un país al borde de la quiebra que tiene que recurrir a la ayuda de quienes le empujaron a esa situación. Porque no se puede ocultar que el FMI tiene una gran responsabilidad en el desarrollo del capitalismo y del libre mercado, fundamentos del sistema económico que ahora ha hecho crack. Porque no se puede obviar que la Unión Europea promovió este modelo de desarrollo para países como Grecia. Como no se puede negar que Alemania, a pesar de haber dado grandes ayudas a estos países, fue la primera beneficiaria de ese desarrollo. Es difícil encontrar actores inocentes en este drama.