El técnico uruguayo debe elegir entre Illarramendi, Sergio, Mikel González y Zurutuza como acompañante de Markel
Se busca un centro del campo
Las bajas de Elustondo, Rivas y Aranburu obligarán a Lasarte a improvisar el domingo una alternativa que no ha empleado este año.
Joseba ITURRIA
La Real vuelve a los entrenamientos hoy a las diez en Zubieta con la necesidad por parte de Martín Lasarte de improvisar un nuevo centro del campo para cubrir las bajas de los tres pivotes que más ha utilizado esta temporada: Elustondo, Rivas y Aranburu. El técnico uruguayo manifestó tras el partido que Markel Bergara jugará de inicio y que para la otra vacante contempla retrasar la posición de Sergio o hacer debutar con el primer equipo a Asier Illarramendi, que desde hoy pasará a entrenarse bajo sus órdenes.
La Real comunicó ayer que ha presentado alegaciones al acta para intentar que la segunda tarjeta que vio Aranburu sea retirada por el Comité de Competición, pero aunque esa iniciativa prospere el azpeitiarra no podrá jugar porque su primera amarilla ya bastaba para ser sancionado por cumplir el segundo ciclo de amonestaciones.
También vio su décima tarjeta Diego Rivas, cuya baja por sanción le permitirá recuperarse del esguince de grado I en su tobillo izquierdo como consecuencia de la torsión sufrida en el partido de Cartagena. Este es el diagnóstico ofrecido ayer por los servicios médicos que algunos emplearán para alabar el carácter del manchego para seguir pese a estar lesionado, pero es incomprensible que un jugador siga con esa lesión. Es una falta de respeto hacia todos sus compañeros que un entrenador prefiera tener en el campo a un jugador lesionado que a Markel en plenas condiciones. De hecho, para el minuto 48 debió ser expulsado porque no estaba bien.
Tampoco es buen mensaje para el grupo que Zubikarai pase a ser suplente por ser expulsado tras intentar evitar un gol tras ser el mejor del partido de Huelva. Si llega a pensar sólo en él habría evitado su expulsión y seguiría en el once, pero esas son las cosas difíciles de entender de un Lasarte al que hay que agradecerle el carácter que imprime al equipo, pero en otras facetas deja mucho que desear.
Ante el Rayo tendrá un buen examen como técnico porque todos hacemos una valoración positiva del punto porque se consiguió con diez, aunque también hay que analizar por qué se quedó con uno menos la Real en un partido más fácil de ganar que el de este sábado.
El Rayo es un equipo que llegará con bajas y en problemas, pero con los suplentes dio un auténtico repaso a la Real en la Copa y es un rival peligroso al que le conviene más jugar en un campo como Anoeta que en Vallecas, ya que no tiene jugadores para el fútbol directo al que obliga un campo tan pequeño.
Cuatro alternativas
En Anoeta en la Copa el Rayo demostró que sabe jugar muy bien el balón en el centro del campo con Movilla, Míchel y compañía y habrá que ver cual es la respuesta que presenta Lasarte como complemento de Markel. El recambio natural es el de Asier Illarramendi, un jugador que está en su primer año senior y tiene calidad suficiente para jugar desde ya en el primer equipo.
La segunda opción que planteó Lasarte de colocar a Sergio como medio centro es débil por las características físicas del riojano, que tiene poco motor para jugar en una posición que obliga a tener mucho recorrido, aunque al jugar en casa y con Zurutuza al lado puede jugar con un 4-1-4-1. La tercera variantes es la de recuperar a Labaka para el centro de la defensa y colocar a Mikel González de medio centro. Los que lo han visto jugar en juveniles en ese puesto en el Añorga aseguran que ésa es su ubicación ideal, pero no ha jugado nunca en ella con la Real.
La cuarta opción sería jugar con un 4-4-2 con Zurutuza junto a Markel, la vuelta de Griezmann al once y la primera titularidad como pareja atacante de Nsue y Agirretxe. Lasarte tiene cuatro días para elegir.
La Real presentó alegaciones al acta para intentar que el Comité de Competición deje sin sanción hoy la segunda tarjeta de Mikel Aranburu. Aunque sean atendidas, el azpeitiarra no podrá jugar porque con la primera cumplía el segundo ciclo de amonestaciones.
El Rayo Vallecano comunicó a través de su página web a finales de la semana pasada el acuerdo alcanzado con la Real para recibir 400 entradas a veinte euros para el partido del sábado, precio que parece bajo por ser jornada de ayuda al club, pero que es el mismo que el club madrileño puso para la afición realista en la primera vuelta. Desde la entidad blanquiazul se trasmitía ayer a GARA que el precio es fruto del acuerdo por el que también el Rayo mandó entradas a la Real a ese precio y que son las más baratas del estadio, las del fondo situado junto a la torre de Anoeta. El precio de venta a todo el público es también de 20 euros, mientras que el suplemento que pagan los abonados situados en esa zona va desde los ocho euros de los niños a los trece de los adultos, aunque con el coste proporcional de cada partido el coste subiría. Es necesario el segundo media día del club para reducir el déficit previsto, pero eso debe estar unido a un aumento en el precio de las localidades para el público en general y este problema se habría eliminado si el segundo día del club se declara contra el Hércules.
El que no va a poner el mismo precio, pese a que se trasmitió que ése era el acuerdo, es el Real Unión. Ya ha anunciado en su web que sus entradas para adultos no abonados irán desde los 20 a los 50 euros para el derbi que, casi con toda seguridad, se jugará el sábado 8 a las 18.00 (ETB). En Anoeta el precio de las 3.000 enviadas a Irun iba de 15 a 30. Además sólo serán unas 800 las entradas que el Real Unión enviará a la Real y la mayoría, las de los dos fondos, serían de 20 euros. Mañana acaba el plazo de los abonados unionistas para comprar entradas y desde el jueves las podrán adquirir todos los aficionados que lo deseen en el Stadium Gal. Joseba ITURRIA