Plan de rescate a Grecia de la Eurozona
Las reticencias de Berlín aumentan la presión contra la deuda griega
El plan de préstamos de los países de la zona del euro a Grecia para que pueda hacer frente a su deuda no ha rebajado la presión de los mercados y especuladores. Las reticencias de Alemania a aprobar esta ayuda antes de que el FMI dé el visto bueno a los ajustes de Atenas sobre su presupuesto ha disparado el coste de la deuda griega hasta «condiciones prohibitivas».
GARA | ATENAS
La Bolsa de Atenas cerró ayer con una caída del 2,86 % y la rentabilidad del bono griego a diez años se disparó hasta el 9,32%, ante la incertidumbre sobre cuándo Grecia tendrá acceso al crédito de 30.000 millones de euros acordado por los países de la zona del euro.
El ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantinou, recordó que Grecia debe devolver el 19 de mayo obligaciones en torno a 9.000 millones de euros, pero las condiciones del mercado «son prohibitivas».
Si no pudiera obtener el dinero a tiempo, podría producirse un colapso con un efecto en cadena de contagio a otros países de la zona euro susceptibles de ser atacados a su vez por los especuladores, comenzando por Portugal y el Estado español.
Alemania y el Estado francés han enfriado las promesas del crédito cuando está a punto de vencer la deuda griega al condicionar la ayuda a que Atenas aplique más disciplina presupuestaria y concrete un plan de reducción del gasto. Esas condiciones han aumentado la presión de los mercados.
Ayer, la canciller Angela Merkel reiteró que «Alemania ayudará, pero primero tienen que darse las condiciones. Eso tardará algunos días». Tras hablar por teléfono con el director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, añadió que «lo importante es que Grecia recupere la confianza de los mercados y la competitividad y para ello se necesita el plan de ajuste del FMI». Cuando el plan de ajuste sea presentado y se conozcan las cifras exactas, entonces se podrá negociar la ayuda a Grecia, explicó Merkel. El aporte alemán al plan de ayuda europeo se haría a través de un crédito del estatal Banco para la Reconstrucción que necesita la aprobación parlamentaria.
Debate en Alemania
Por eso, el ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se reunió ayer con los grupos parlamentarios alemanes y dijo que todos están dispuestos a ayudar a Grecia, por lo que, en principio, el trámite en el Parlamento podría ser rápido y empezar la próxima semana. No obstante, el ministro reiteró que antes el FMI tiene que determinar que la ayuda es realmente necesaria. El ministro dijo que una ayuda a Grecia no sería «un favor» a ese país sino que contribuiría a la estabilidad de la Eurozona y, por consiguiente, favorecería intereses alemanes.
En los tres partidos de la coalición de gobierno se insiste en que la ayuda debe estar condicionada a que Grecia recorte aún más. El Partido Liberal (FDP) se muestra escéptico al respecto. La Unión Socialcristiana (CSU) ha planteado incluso la posibilidad de que Grecia abandone el euro y que enfrente la crisis con una propia moneda más flexible. La propia Merkel desestimó ayer esta opción. El jefe de la oposición, el socialdemócrata Frank Walter Steinmeier, dijo que la ayuda debe estar condicionada a la participación del sector bancario.
Más urgencia vieron el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que resaltaron «la necesidad de una acción rápida y resuelta contra la especulación contra Grecia para asegurar la estabilidad de la zona euro». En una reunión en París, coincidieron en «la importancia de una estrategia económica europea ambiciosa basada en un verdadero gobierno económico europeo».
El portavoz del Gobierno griego, Yorgos Petalotís, declaró que las condiciones y la forma en que Grecia obtendrá el paquete de ayuda «se anunciarán cuando se concluyan las negociaciones con la misión de expertos». Desde hace una semana, delegados del FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo estudian en Atenas los recortes y cambios estructurales que impondrán a Grecia durante los próximos tres años. Petalotís no descartó que se reduzcan las pagas extraordinarias de los funcionarios y se impongan aún más recortes en 2011 y 2012.
Grecia inició ayer una semana de huelgas contra los recortes que pretende llevar a cabo el Gobierno. El transporte marítimo hacia las islas en el Mar Egeo se interrumpió por una huelga de los empleados del sector, que dejó a miles de ciudadanos y turistas en tierra en protesta contra la decisión del Gobierno de liberalizar el mercado de cruceros marítimos. Los carteros de la empresa estatal ELTA pararon para exigir que se acabe la política de recortes. Para hoy se prevé un corte del servicio de transporte público en Atenas contra el aumento de los impuestos. Además, el sindicato de funcionarios Adedy ha convocado para el martes un mitin en la capital para protestar contra los posibles recortes en 2011 y 2012 . El sindicato Gsee tiene prevista una nueva huelga esta semana en protesta por el retraso en la edad de jubilación. En Portugal, cuyo Gobierno también quiere aplicar un plan de austeridad que incluye la privatización de varias empresas públicas, las congelaciones salariales y el bloqueo de las contrataciones colectivas, se han convocado más de quince huelgas. Ayer comenzaron los maquinistas de ferrocarril y hoy se suman los trabajadores de otras 15 empresas de transportes. También los trabajadores de Correos irán a la huelga para protestar por la congelación salarial. GARA
El interés del bono griego a diez años se disparó ayer al 9,32%, una cifra prohibitiva, según Atenas. Si no obtiene dinero a tiempo, el colapso de las finanzas helenas podría contagiar a otros estados.
Angela Merkel insistió en que «Alemania ayudará, pero primero tienen que darse las condiciones. Eso tardará unos días», en referencia al plan de ajuste del FMI.