El director del Centro estatal de la Gripe ubicado en Valladolid, Raúl Oritz de Lejarazu, ironizó ayer con que en ciertos momentos «ha habido más expertos que pacientes de gripe A». En una entrevista para la agencia Efe al cumplirse un año del primer caso de esta enfermedad en el Estado español, Ortiz de Lejarazu indica que al virus «aún le quedan clientes» y sitúa la cifra de personas susceptibles de infectarse en cotas de entre un 60 y un 80%, «a no ser que se vacune mucha gente».

Ortiz de Lejarazu augura que vendrá ahora «una gripe estacional que espero que siga la misma moderación. No espero que cambie la virulencia».

Sostiene que «creo que estábamos muy bien preparados, porque estábamos esperando algo mucho peor». En su opinión, se actuó «previendo lo imprevisible», ya que «nuestra sociedad no hubiera tolerado que hubiera faltado de nada».

Afirma además que ha habido un factor suerte que ha contribuido a que la gripe sea leve en esta zona del mundo, cuando en otros países «las han pasado canutas». Este técnico añade además que calculan que un 33% de la población, los nacidos antes de 1957, tenían «una cierta protección» tras la pandemia de gripe que se desató en 1918.

Conspiraciones

En vista de la escasez de afectados en relación a la alarma creada, en la entrevista se plantea a este médico con 25 años de experiencia en gripes por las teorías de la conspiración difundidas en torno a la gripe A. Ortiz de Lejarazu las rechaza diciendo que «el hombre moderno no puede vivir sin lagunas, es racional. Cuando no tiene respuestas, busca otras conformes a su pensamiento».

En cuanto al comportamiento de los médicos, lo resume en el refrán «consejos vendo que para mí no tengo». El director del centro estatal les recomienda que «no seas un sacerdote, sino un técnico, y digas lo que tienen que hacer las personas».