Subir impuestos, bajar salarios, recortar pensiones y suprimir funcionarios. La fórmula mágica. Grecia en el corazón. El sol, el mar, el queso de cabra, los burritos chispeantes o los bailes al borde del Mediterráneo son la imagen de un paraíso turístico convertido en un infierno para sus habitantes. Los griegos salieron a la calle a protestar por la medidas tomadas por su Gobierno para mantenerse en ese club europeo de los capitalistas negligentes. Salvemos Grecia hundiendo a los griegos parece ser el mensaje que deberán entender perfectamente todos los países que andan con las cuentas sin resolver en la medida exigida por los mandatarios europeos que son los subalternos de los telúricos movimientos bancarios y financieros globales que se disfrazan de lagarterana o de lo que sea menester para mantener el control del dinero.

De lo anunciado por Papandreu, suena raro lo de suprimir funcionarios. Aseguran los especialistas que en estos momentos de crisis económica, hay ciudades, sectores que viven gracias al poder adquisitivo de los funcionarios que saben que, suceda lo que suceda, su sueldo está asegurado. También tienen estudiado que a cuenta del Estado en todos sus camuflajes, comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos, además de los pensionistas y parados, vive cerca del cuarenta por ciento de la población en algunos países europeos. Suprimir funcionarios es debilitar la estructura de poder. No se atreverán. La mayoría de los que deben tomar decisiones son funcionarios.

El Estado no es una fuente de crear dinero, sino el recaudador de los impuestos que pagan todos, los unos y los otros, y si baja la actividad económica general, se rompe el equilibrio y llega la deuda pública que cuando supera unos porcentajes y roza los límites de aval, es cuando aprietan los tiburones, los bancos y se pone a los países al borde de la quiebra. Los mismos que crean el problema tiene la falsa solución. Siempre en contra de la clase trabajadora. Recortar derechos sociales, subir impuestos indirectos, bajar salarios. Mientras tanto se jubilan los altos cargos de la banca con pensiones de escándalo. ¿Y si cambiamos de sistema?