Cristiano aprovecha la caridad rojilla
Los de Camacho revivieron el guión de la presente campaña: dispusieron de ocasiones, perdonaron y acabaron volviendo de vacío. El Real Madrid las pasó canutas, pero tiró una vez más de heroica y le salió bien por enésima vez. La temporada se juega ante el Depor.
Natxo MATXIN I
Osasuna estuvo a punto de dar la campanada en el Bernabéu, asegurar la permanencia y darle la Liga al Barça. Pero todo ello se frustró una vez más en los minutos finales, más por los errores propios -se tuvo en la mano el 2-3 y se falló- que por los méritos de un ramplón equipo merengue. Los de Camacho volvieron a dejar muy buena imagen, pero los puntos se quedaron en Madrid.
Y eso que los rojillos superaron con prontitud el esperado arreón inicial merengue. Tras dos lances protagonizados por Cristiano Ronaldo, los de Camacho golpearon primero con un atento Aranda, que no desaprovechó el fallo en cadena de la defensa local. El malagueño siguió alerta el pase de cabeza de Sergio Ramos a Albiol y sacó todo el partido del mundo a la mala cesión del valenciano, desborde incluido a la salida a la desesperada de Casillas.
Los rojillos estaban cumpliendo con una de las máximas para traerse algo positivo del Bernabéu: exprimir al máximo sus oportunidades. Ponerse por delante en el marcador, sin embargo, no era garantía alguna de éxito. Y ello lo corroboraban las continuas caídas a banda y coladas de los dos mayores traspasos del pasado verano: Cristiano Ronaldo y Kaká.
La escuadra navarra no cerraba todo lo bien que debía las acometidas merengues y eso olía a empate. Lo hizo el internacional portugués en jugada individual ante la falta de intensidad de Rúper para molestarle más en su arrancada desde la medular y los metros que le fueron dejando Azpilicueta y Roversio para perfilarse entre ambos y chutar raso y fuerte.
Parecía que los locales encaraban definitivamente la remontada, pero Osasuna no le perdía la cara al envite y, sobre todo, evitaban de momento el segundo gol madridista. Osasuna llegaba al área rival e incluso remataba, algo que no había hecho en sus más recientes visitas. Hasta le sacó los colores al rico adversario cuando volvió a poner en evidencia la defensa blanca con un saque de banda de Azpilicueta, un Aranda que volvió a ganarle la posición a Albiol y un Vadocz impresionante entrando desde atrás y fusilando a Casillas.
Otra vez por delante en el electrónico a un paso del descanso. Había que preservar tal circunstancia como fuera, pero los rojillos no tuvieron la suficiente tensión como para meter el miedo en el cuerpo al Bernabéu camino de vestuarios. Dos minutos después, otra vez Azpilicueta y Roversio permitieron que Marcelo rematara de cabeza -primer gol que consigue así el brasileño- un balón que debería haber sido rechazado.
El que perdona, la paga
Con todo, ni el magnífico bagaje goleador navarro en el Bernabéu permitía mandar en el resultado. Pese a ello, Osasuna conservaba el empate, no sin poco esfuerzo, sobre todo en el primer cuarto de hora de la reanudación, periodo en el que el Real Madrid más embotelló a los de Camacho, que volvieron a colgarse del gran partido de Ricardo para evitar el tercer tanto madridista.
Pero, poco a poco, los rojillos se fueron zafando de ese incesante dominio y provocando cierto pavor en las filas merengues. Los de Pellegrini se volcaban, pero no veían huecos ni estaban acertados en los metros finales y el conjunto navarro leía muy bien la espalda local. En una de ellas, Osasuna pudo sentenciar, pero la mala suerte para los encarnados es que el balón definitivo le cayó a Masoud, al que sólo cabe sumarle pérdidas y faltas, nada nuevo en el mal hacer de un futbolista que no es para este equipo.
A partir de ahí, el encuentro se fue haciendo muy largo. El cansancio físico obligó a retrasar líneas, Roversio se lesionó y los rojillos prácticamente jugaron con uno menos después de que a Rúper se le subiera un gemelo. Hasta hubo un fuera de juego dudoso de Vadocz. Pero el Real Madrid tiró de heroica, la fórmula que tan buenos resultados le viene dando y volvió a acertar. Osasuna hizo un partido digno, pero volvió de vacío.
La situación es más desahogada que en pasadas campañas, pero como cabía esperar los de abajo ya están apretando lo suyo y la diferencia con el descenso se está recortando. Por ello, y de cara a recobrar cuanto antes a sus hombres de un nuevo palo y mentalizarles para el siguiente compromiso, el técnico rojillo, José Antonio Camacho, avisó de que «frente al Deportivo nos jugamos todo el año».
Y es que Osasuna tuvo más cerca la permanencia de haber sacado algo positivo del Bernabéu, lo que restaría presión al encuentro de pasado mañana. La clave estuvo en la ocasión fallada por Masoud. El de Cieza la vio así: «Hemos podido sacar algo positivo y nos vamos con derrota. Es lo único que podemos sacar para aprender. Pero el gol que no ha marcado Masoud... Lo he visto tan fácil que he mirado para otro lado y luego he visto que no ha sido gol. La fatalidad nos acompaña», comentó.
De hecho, la escuadra rojilla ya está más que curada de espanto a la hora de encajar este tipo de derrotas de última hora. «Estamos acostumbrados a asimilarlas. Este año hemos perdido muchos puntos en una jornada u otra. No hay que lamentarse. Los jugadores salen dolidos y hasta que tengamos los puntos, hay que seguir luchando», señaló.
Y lo más importante será mantener las mismas ganas mostradas en el Bernabéu ante el cuadro dirigido por Miguel Ángel Lotina. «Jugando con esta intensidad, en el partido del miércoles tenemos que conseguir frutos», aseguró el preparador murciano, quien manifestó al respecto de quienes dudaban de la profesionalidad del equipo y suya ante el Real Madrid que «en el mundo del fútbol hay mucha gente nueva que no sabe. Hay que perdonar a los que no sabían cómo iba a salir. Llevo 200 años en esto del fútbol». GARA