LAB realizó ayer un análisis muy crítico sobre el tratamiento informativo en EITB, incidiendo en que la estrategia del Ejecutivo de Lakua y del director general, Alberto Surio, de utilizar el ente público para el adoctrinamiento en los valores de la Constitución española no va a dar los frutos deseados por el PSOE por las audiencias cada vez más bajas que obtiene. Para la central sindical abertzale, la estrategia de «adoctrinamiento o `lavado de cerebro'» se viene notando hace tiempo y tiene su reflejo en que se ha perdido el liderazgo en informativos y que la audiencia cae sistemáticamente mes a mes. Según los datos que se han conocido en las últimas semanas, ETB-2, por ejemplo, ha descendido hasta valores de 1993, siendo la cuarta opción para los teleespectadores por detrás de Telecinco, La Primera de TVE y Antena 3.

«Está por ver qué es lo que va a hacer EITB para recuperar esa audiencia que necesita adoctrinar, ¿o tal vez -subrayaron- precisamente lo que pretenden es buscar esa audiencia en su parroquia?». También se preguntaron por el papel que dan los rectores del ente público a la audiencia de Ipar Euskal Herria y Nafarroa, «¿como simple dato de audiencia o también blanco de la estrategia?».

Para LAB, lo que necesita la sociedad vasca «es una información plural y objetiva, sin que nadie la tenga que `corregir', `educar' o `adaptar».

Entrando en casos concretos, citaron la cobertura que se está dando respecto a las propuestas de la izquierda abertzale y a los movimientos que en el ámbito político y social hay en Euskal Herria. «Se menciona mucho esta información de primer orden, se ofrecen diversos puntos de vista, pero aún no se le ha dado la palabra a ninguno de sus protagonistas, obviando uno de los principios del periodismo», denunciaron.

Tras insistir en que se obvia al sujeto de la información, criticaron que «no hay ningún problema para utilizar filtraciones de dudosa legalidad e indudable falta de ética. Surio -añadieron- ha cumplido su palabra de que EITB no será altavoz mediático de la izquierda abertzale, pero informar correctamente no tiene porqué ser poner un altavoz. El ejercicio opuesto sí, supone acallar ideas, y en contra de lo que se predica, su práctica coincide plenamente con quienes cerraron medios de comunicación vascos, y dicen actuar en nombre de algún tipo de pluralidad».

LAB estima que «el Parlamento y seudo-Gobierno necesitan ahora de la exclusión mediática para alimentar su estrategia de supervivencia», agravando el problema del pasado.

Abundaron en la censura imperante, citando que la mayoría sindical vasca «está casi desaparecida» de los informativos o que los temas de mayor interés para Euskal Herria «se relegan para la mitad-final de los informativos, tras abrir éstos con informaciones vanales o de propaganda gubernamental».