Crisis en Europa
El euro se debilita ante el dólar y las bolsas siguen en caída libre
La crisis griega y la decepción por la actitud del Banco Central Europeo, que descartó el contagio a otros países de la zona euro pero no adoptó las medidas esperadas para respaldar a la deuda de Grecia, añadió más presión contra el euro, que volvió a bajar su valor frente al dólar, a la vez que las bolsas europeas volvían a caer y la deuda pública de varios Estados agudizaba su deterioro. El miedo alcanzó a Wall Street.
GARA | ATENAS
Los mercados financieros volvieron a castigar ayer al euro mostrando su decepción por la falta de medidas por parte del Banco Central Europeo ante la crisis financiera.
Así, el euro volvió a bajar de forma significativa frente al dólar, después de que el Banco Central Europeo mantuviera los tipos de interés en el 1% para apoyar la reactivación de la economía de la zona del euro.
Sin embargo, el BCE no anunció medidas adicionales para hacer frente a la crisis fiscal en la eurozona. Su presidente, Jean-Claude Trichet, aseguró que no hay riesgo de contagio en la eurozona porque «España y Portugal no son Grecia», pero los mercados no se dejaron seducir por este mensaje.
En el mercado de divisas de Fráncfort, a 16.00 GMT, el euro se cotizaba a 1,2673 dólares frente a los 1,2810 del miércoles y después de haber caído hasta los 1,2654, su nivel más bajo desde el 11 de marzo de 2009. El BCE fijó el cambio oficial del euro en 1,2727 dólares.
La depreciación del euro se acentuó tras la comparecencia de Trichet, quien, en declaraciones recogidas por Efe, eludió pronunciarse sobre la evolución negativa de la divisa en los mercados porque «nunca comento cuestiones del día a día», aunque hizo una defensa de la divisa europea y sus beneficios en la estabilidad de precios.
«No existe en el Consejo ninguna sensación en ese sentido», respondió Trichet al ser preguntado sobre la hipótesis de fin del euro y las ventajas que su eliminación podría suponer para algunas economías europeas. «Pertenecer a la zona euro ha traído grandes ventajas, pero es cierto que también exige una actitud responsable», señaló
Recompra de deuda griega
Defendió además la decisión del BCE de aceptar como garantías en sus operaciones crediticias los bonos griegos al margen de la calificación de los mismos por las agencias de medición de riesgo y con el único propósito de financiar las ayudas a Atenas.
Sin embargo, no se discutió la recompra de deuda soberana griega, una solución que los mercados preveían como apoyo a los países del euro. Las bolsas tampoco consiguieron frenar su caída en un clima de nerviosismo, ante el temor al contagio de la crisis griega que no fue disipado por las declaraciones de Trichet. Así, tras una ligera subida a media mañana, la bolsa de Madrid cerró con una caída del 2,93%, la quinta mayor del año; París cerró cediendo un 2,20%; Londres un 1,52%; Fráncfort, un 0,88%; Milán 4,26% y Dublín un 2,08%.
«Trichet sólo ha abordado generalidades hablando de inflación y masa monetaria. Su discurso ha estado fuera del tema», opinó Xavier de Villepion, vendedor de acciones de Global Equities resumiendo la sensación de los inversores.
A su vez, la deuda pública de los países en riesgo acentuó su deterioro. La rentabilidad que ofrecía la deuda española para atraer a los inversores subía al 4,165%, lo que la colocaba a la distancia más elevada desde 1997 respecto al rendimiento de la deuda alemana, la más segura de Europa.
La deuda más castigada tras las primeras horas de negociación era la griega, puesto que el rendimiento de sus bonos a 10 años se disparaba hasta el 9,83%. A continuación figuraban los bonos portugueses a largo plazo, con un rendimiento del 5,5%, frente al 5,45% de la sesión precedente.
A esta decepción se añadió la advertencia de la agencia de calificación de riesgo Moody's acerca del peligro de que la rebaja de la calificación de riesgo de los bancos griegos por la debilidad de la deuda soberana del país se contagie a entidades financieras de Portugal, Estado español, Italia, Irlanda y Gran Bretaña.
Precisamente, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, pidieron que se rompa el casi monopolio que ejercen las agencias de calificación de riesgos, cuyas evaluaciones echan a menudo leña al fuego de la especulación y alimentan el nerviosismo.
«La Comisión Europea debería plantearse formular propuestas para reforzar la competencia en el mercado de la calificación del crédito», señalaron ambos mandatarios en una carta conjunta dirigida al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy y al de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, recogida por la agencia Efe.
A este respecto, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, opinó que la posibilidad de crear una agencia de calificación de riesgo europea es «una cuestión abierta», pero recordó que en esta materia hay un «problema global».
«Está en curso un análisis profundo para saber si existen factores -para su creación- y llegar a la mejor vía a seguir», dijo Trichet.
El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, insistió en que «no existe riesgo de contagio de la crisis griega a la eurozona porque «España y Portugal no son Grecia», pero no fue suficiente para los mercados y el euro y las bolsas siguieron cayendo, mientras la deuda de estos países se encarecía.
Wall Street llegó a caer un 9,17% poco antes del cierre, aunque según la cadena CNBC pudo tratarse del error de un broker. No obstante, el temor por la crisis griega y su extensión a otros países europeos hizo que el índice Dow Jones cerrara con un recorte del 3,27%.
El cineasta franco-griego Costa Gravas pidió que se devuelva la dignidad a los ciudadanos griegos y se deje de calificarlos de corruptos y vagos. «Los griegos están dispuestos a hacer sacrificios» pese a que se les ha humillado e insultado» afirmó.
El vicepresidente de EEUU, Joe Biden, respaldó las medidas de rescate a Grecia acordadas por la UE y aseguró que su país apoyará «directamente y a través del FMI esos esfuerzos para rescatar» a la economía griega. Un portavoz de la Casa Blanca afirmó que el plan de ajuste es «importante, pero llevará tiempo». GARA
El Gobierno francés anunció ayer la congelación de 2011 a 2013 de los gastos públicos para intentar reducir el déficit público al 3% del PIB. Hasta ahora se venía aumentando según la inflación, por lo que, en términos reales, se reducirá cada año.
El Parlamento de Grecia aprobó ayer el duro plan de ahorro para reducir el déficit fiscal y poder acceder al multimillonario paquete de ayuda exterior, pese al rechazo que ha mostrado la ciudadanía griega. El gobernante Pasok, con una mayoría absoluta, obtuvo la luz verde para este programa de tres años, con una aplicación inmediata e, incluso, con efectos retroactivos en algunos casos. Pero ante las puertas del hemiciclo miles de personas protestaban, por segundo día consecutivo, contra este plan, que comportará una pérdida considerable de la calidad de vida para muchos de los 11 millones de griegos. El programa fue aprobado por 172 diputados a favor, 121 en contra y tres abstenciones, al contar sólo con el apoyo del partido gobernante y de la extrema derecha, mientras la derecha, el Partido Comunista y otros grupos de izquierda se opusieron.
El plan prevé ahorrar 30.000 millones de euros en tres años y rebajar el déficit del actual 13,6% del PIB a menos del 3%, a través de drásticos recortes salariales y de las pensiones, tanto en el sector privado como el público, y vetará nuevos contratos de funcionarios en los próximos tres años. La aplicación del plan será supervisada por un consejo de vigilancia en el que participarán expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE), los tres organismos que conceden las ayudas por 110.000 millones de euros.
El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, defendió la reforma y afirmó que entiende la rabia ante la situación creada por «la irresponsabilidad y la rapiña que salen a la luz cada día», en alusión a la deficiente gestión económica heredada del anterior Ejecutivo conservador. «No pediríamos ahora sacrificios si no hubiera precedido tal rapiña», declaró Papandréu, tras reconocer que «todos los que gobernaron Grecia tienen la culpa de la situación actual».
Ayer miles de personas se volvieron a concentrar ante el Parlamento griego tras sendas manifestaciones convocadas por los sindicatos,que portaron un gran crespón negro en homenaje a los tres empleados muertos el miércoles en el incendio de una sucursal bancaria por un cóctel Molotov, y por el Partido Comunista. La multitud gritaba contra el Ejecutivo y pedía que se fuera la UE y el FMI del país, con pancartas que decían «No he robado. No pago». Al final, la Policía volvió a cargar con gases lacrimógenos contra los más de 10.000 manifestantes, según France Press. GARA
Askapena mostró ayer su solidaridad con el pueblo y la clase trabajadora griega, que se opone a las medidas de ahorro impuestas a este país, afirmando que la mejor solidaridad consiste en «profundizar en la lucha contra el capitalismo y por la Europa de los pueblos y los trabajadores».
El organismo internacionalista vasco recordó que los trabajadores griegos tomaron las calles el pasado miércoles para oponerse a las medidas impuestas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a este país. Indicó que los trabajadores griegos «han dejado claro con la huelga general y con las luchas de los últimos días, que la lucha contra el capitalismo continúa».
Añadió que la clase trabajadora griega «se opone a solucionar la crisis a las clases dominantes porque la crisis no la han creado los trabajadores sino esas clases dominantes y no debemos pagarla los sectores populares». Denunció que las medidas impuestas por el FMI a cambio de sus préstamos son un «chantaje de la clase dominante para solucionar la crisis a su favor y que los culpables sigan obteniendo beneficios».
«Como siempre, el capital está dispuesto a prestar dinero si se recortaran derechos sociales, si hay privatizaciones y se bajan los salarios», explicó.
En opinión de Askapena, con estas medidas, se trata de destruir el sector público y colonizar económicamente al pueblo griego, dejándolo bajo el control de los grandes poderes de EEUU y del Fondo Monetario Internacional. Con todo, valoró que los sectores populares y trabajadores continúan luchando «contra esas medidas, contra el capitalismo y por otro modelo social». GARA
