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MESA REDONDA ORGANIZADA POR HAMAIKA BIL GAITEZEN

EA se ofrece y Aralar pone pegas a la unidad independentista en Nafarroa

La posibilidad de una unidad de fuerzas abertzales y de izquierdas en Nafarroa fue puesta a debate público ayer en Iruñea, en una «mesa a tres» inédita. Xanti Kiroga (izquierda abertzale) hizo un ofrecimiento claro a las direcciones de EA y Aralar, y se topó con respuestas diferentes. Mientras Maiorga Ramírez defendió una «reconciliación» sin concreciones ni plazos, Txentxo Jiménez puso condiciones y dio largas. Todo ello una semana después del pacto EA-Aralar.

Ramón SOLA | IRUÑEA

La iniciativa ciudadana Hamaika Bil Gaitezen logró ayer sentar en una misma mesa a representantes destacados de la izquierda abertzale, Aralar y EA, las tres formaciones que encajan en su apuesta por la unidad de fuerzas independentistas en Nafarroa. Durante dos horas, Xanti Kiroga, Txentxo Jiménez y Maiorga Ramírez cruzaron impresiones al respecto en un debate público y sincero, en el que todos admitieron la gran brecha política y personal existente entre ellos en los últimos años.

En cualquier caso, la cuestión era hablar de futuro, y ahí paradójicamente afloraron más coincidencias entre izquierda abertzale y EA que entre EA y Aralar, que una semana antes anunciaron un acuerdo electoral en el mismo hotel en que se celebró la mesa redonda.

Por encima de ese pacto ya cerrado, la izquierda abertzale trasladó una clara invitación a la unidad de fuerzas a sus dos contertulios. Kiroga se mostró seguro de que las bases de Aralar y EA lo desean también, pero puso en duda la posición de las direcciones, así que se lo preguntó directamente: «¿Hay voluntad política de colaboración? La izquierda abertzale sí tiene ese compromiso».

Aralar dio una respuesta fría. Jiménez enumeró una serie de condiciones, entre las que destacó la posición de ETA: «Los ritmos nunca tendrán que ser más rápidos que los acontecimientos que se tienen que producir. No nos precipitaremos. Nos aguantaremos las ganas que tenemos. No tiraremos diez años de trabajo. Hay unos tiempos y son los que son».

Luego, a preguntas del público, lo reiteró: recordó que él también perteneció a lo que ahora llama «izquierda abertzale oficial», pero que «nos separó la violencia». Por eso, dijo, de cara a una eventual unidad de fuerzas «el ritmo lo pondrá ETA». Uno de los intervinientes preguntó a EA y Aralar por qué no ponen el mismo énfasis en exigir que cese la represión armada del Estado. Jiménez optó por no darse por aludido.

El coordinador de Aralar en Nafarroa puso otras pegas a la oferta de Kiroga, como la exigencia de la defensa de Nafarroa como ámbito de decisión diferenciado, en aras al «realismo».

EA: al margen de elecciones

Por parte de Eusko Alkartasuna, su coordinador en Nafarroa, Maiorga Ramírez, empleó un discurso mucho más amable. Usó varias veces el concepto de «reconciliación» para referirse a la relación actual y futura entre los abertzales y consideró imprescindible avanzar por ahí ya que «el nacionalismo español se ha servido de la división abertzale en estos 30 años».

El parlamentario tafallés dijo que está claro que «el abertzalismo no ha conseguido su objetivo» en estas tres décadas y que por tanto hay que hacer una reflexión general «entre todos» hasta consensuar «una estrategia abertzale nacional».

«EA tiene absoluta determinación a trabajar, desde la discreción y sin protagonismos, y sin que los ciclos electorales sean objetivo prioritario», añadió Ramírez. Ensalzó el valor de iniciativas en marcha como Independentistak o Adierazi EH!. Añadió que todos deben hacer autocrítica, también EA, y que su partido actuará «sin más límite que nuestros compromisos éticos y con el país». Uno de los asistentes consideró luego, en el turno de opiniones del público, que «EA no se ha mojado».

Kiroga: hablar de contenidos

Kiroga fue quien utilizó un tono más apelativo y de más urgencia: «Hay una oportunidad histórica ahora, y también hay una responsabilidad. Independientemente de lo bien que Xanti se lleve con Txentxo o con Maiorga, es imprescindible generar dinámicas conjuntas». Pero subrayó que para ello toca hablar de contenidos -«programa, programa, programa»- y que están fuera de lugar tanto los debates sobre siglas electorales como las exclusiones.

«Nunca jamás debió haber existido ese tiempo del `vaciar de votos a la izquierda abertzale'», opinó el concejal independentista en Uharte. Poco antes, Txentxo Jiménez había lanzado su propio reproche, aunque formulado a modo de anécdota: «Cuando el sábado se publicó que nos habíamos reunido para `normalizar' relaciones, una persona me preguntó: `¿Qué significa eso, que nos van a volver a saludar?'». Jiménez añadió que le había respondido que «mejor que vengan de uno en uno» de modo que a los miembros de Aralar no se les amontone el trabajo. Luego aclaró que lo contaba en tono jocoso, pero entre el público no hubo ninguna risa, sino más bien murmullos de disconformidad.

Kiroga pidió mirar al futuro sin perder tiempo en «sacarnos los puñales». Y Ramírez admitió las dificultades existentes en muchas localidades para superar recelos y construir confianzas, pero remarcó que «estamos en condiciones de superarlo».

¿Solos o con el PSN?

En el debate aparecieron dos temas casi paralelos: el futuro o no de Nafarroa Bai y la necesidad o no de que los abertzales se apoyen en el PSN. Sobre el primer punto, el líder de Aralar explicó a la concurrencia que ellos diferencian dos planos: la hipótetica unidad independentista la sitúan a largo plazo, mientras en el día a día ven necesario llegar a «acuerdos tácticos», y por eso defendió la fórmula de Nafarroa Bai. «Se ha convertido en segunda fuerza, y eso es un cambio importante», esgrimió Jiménez. Ramírez también elogió que «en estos 30 años el número de abertzales apenas había crecido y NaBai ha logrado atraer a nuevos votantes».

Dentro de su apuesta por el posibilismo, el representante de Aralar defendió el proceso de negociación con el PSN del verano de 2007: «Más allá del fracaso, el ejemplo que dio NaBai dejó un poso. Y cuanto más crezca- mos, más necesitado estará el PSN de cambiar de actitud».

La diferencia de criterio con la izquierda abertzale fue clara en este terreno. Xanti Kiroga recordó que «hace 20 años que la extrema derecha gobierna, y lo hace con ese PSN que era la gran esperanza blanca hasta hace poco tiempo». Por eso, pidió a EA y Aralar que «no generen expectativas partiendo de ese hartazgo ciudadano. Hay que buscar una mayoría suficiente para quitar del medio a los dos [UPN y PSN], aunque eso no se pueda hacer mañana mismo».

«El cambio de marco traerá el cambio de gobierno, y no al revés», remarcó el concejal uhartearra en réplica al discurso habitual de Nafarroa Bai.

EXPECTACIÓN

Más de 200 personas abarrotaron la sala en que se produjo la mesa redonda, que fue retransmitida en directo por dos webs. Quedó clara la expectación que despierta una suma de fuerzas abertzales y de izquierdas en Nafarroa.

¿Ratificaron el pacto las bases de EA y Aralar?

Una persona del público recordó que a la izquierda abertzale siempre se le exige que justifique cómo toma sus decisiones y preguntó, en correspondencia, cuántos militantes de EA y Aralar han refrendado su pacto de la pasada semana. Jiménez se negó a dar el dato y Ramírez ni siquiera contestó.

R.S.

«Lo que nos separó fue la violencia. El ritmo de todo esto lo pondrá ETA»

«No nos precipitaremos, no tiraremos diez años de trabajo»

TXENTXO JIMÉNEZ

Aralar

«Hay una oportunidad histórica y hay también una responsabilidad»

«El cambio de marco traerá otro gobierno, y no al revés»

XANTI KIROGA

Izquierda abertzale

«El nacionalismo español se ha alimentado de nuestras divergencias»

«Percibo ilusión, y ya hemos defraudado muchas veces»

MAIORGA RAMÍREZ

EA

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