Senpere e Iruñea, dos caras de una lucha
En estos días son varias las ikastolas que cumplen 40 años de vida. Es el caso de San Fermín y Paz de Ziganda, en Nafarroa. Seaska pasó esta efeméride el pasado año, ya que fue en 1969 cuando se pusieron en marcha las primeras aulas euskaldunes en Ipar Euskal Herria. Cuatro décadas constituyen mucho tiempo; han cambiado las generaciones, las tecnologías, los modos de vivir, de enseñar, de aprender... Han cambiado también los gobiernos, las estructuras político-administrativas, las leyes, incluso los regímenes según se dice. Sin embargo, después de todo este tiempo la iniciativa popular que puso en marcha aquellas primeras ikastolas sigue siendo un motor indispensable de la enseñanza en euskara.
La vitalidad de fiestas como el Herri Urrats de ayer o la fiesta de la escuela pública navarra del próximo día 23 deja claro que en Euskal Herria sigue habiendo muchos euskaldunes -o simples euskaltzales- dispuestos a destinar gustosamente su tiempo y su dinero al euskara. Sin ese enorme caudal altruísta, del que es muy difícil encontrar ejemplos similares en otros sitios geográficos o en otros ámbitos de este mismo país, hubiera sido imposible avanzar en la euskaldunización y la formación de las dos últimas generaciones vascas.
Todo podía ser mucho más fácil si las instituciones del país trataran el euskara como la riqueza inmensa que es, y no digamos ya si hubiera una institución nacional vasca o al menos un marco legal único para el euskara en sus siete herrialdes. Sin embargo, la fragmentación de los territorios y la insensibilidad -cuando no fobia- de los mandatarios de turno sigue constituyendo una losa para cualquier avance.
Por eso, la lucha en favor del euskara tiene dos facetas que deben complementarse necesariamente: la de la solidaridad festiva de ayer en Senpere y la de la imprescindible movilización del sábado próximo en Iruñea, la de la fiesta y la de la reivindicación, la de la aportación al euskara y la de la exigencia de los derechos de los euskaldunes, la de la iniciativa popular y la de la demanda institucional.