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Patagonia Actividad

Alpinismo de exploración para Jörn Heller y Robert Jasper

Los alemanes se hacen con la primera ascensión de la cara norte del Monte Sarmiento (Patagonia). La vía se llama «La odisea de Magallanes» (WI4+), y en total la cumbre les exigió recorrer una distancia de 20 kilómetros y 3.000 metros de desnivel en 38 horas.

Andoni ARABAOLAZA

No es que nos haya cogido un poco en fuera de juego, pero la verdad es que la última actividad de Robert Jasper ha tenido un cariz diferente. En esta ocasión ha cambiado de registro, ha dejado de lado una escalada de gran dificultad técnica y de compromiso y ha apostado por el alpinismo de exploración.

Si su anterior gran aportación fue la liberación o primera ascensión en libre de la «directísima japonesa» de la cara norte del Eiger, la que os traemos a estas páginas no sigue la tendencia de la dificultad, sino la de acercarse a un lugar remoto y aislado para hacerse sin grandes aspavientos técnicos con una primera a una montaña dura por su aislamiento.

Nos referimos a la primera ascensión de la cara norte del Monte Sarmiento, que se encuentra en la siempre enigmática e inhóspita Tierra del Fuego (Patagonia).

El alpinista alemán quiso cambiar en parte la dirección que habitualmente llevan sus actividades. Así, junto a Jörn Heller y el fotógrafo Ralf Gantzhorn se agarraba al alpinismo de exploración para intentar hacerse con un Monte Sarmiento realmente esquivo. Y lo decimos porque este pico cuenta con muy pocas ascensiones. Un dato más, unas treinta expediciones han fracasado en distintos intentos de alcanzar la cima. El equipo logró el objetivo, una nueva vía en la aún virgen cara norte de la montaña hasta su cima oeste.

Equipo pequeño y atrayente aventura por delante. La expedición sabía que no lo tenía nada fácil, y es que sólo llegar a su base es muy complicado.

Para empezar, los integrantes de la expedición zarparon en marzo desde el puerto de Ushuaia. Por delante, once jornadas de navegación por las bravas y violentas aguas del Cabo de Hornos, y siempre con tendencia al norte hasta el Estrecho de Magallanes. Finalmente, tras pasar los típicos episodios marinos, los alpinistas montan el campo base en un lugar llamado la Caleta Escandallo. A partir de aquí, dejarían el velero atrás pero no las malas condiciones climatológicas. Estaban en Tierra del Fuego, y con eso está todo dicho.

Sin tregua

La siguiente dificultad sería encontrar un camino a través de la espesa vegetación. Lo lograron. Otra complicación, el glaciar lleno de grietas. También lo superaron. Más dolores de cabeza, el pésimo tiempo. Ante eso poco pudieron hacer, ya que les frustró hasta cuatro intentos.

Pero no podían tener tan mala suerte, y finalmente, aunque fue casi un espejismo, llegó una ventana de buen tiempo. Era el 1 de abril. Según nos comenta Jasper, los vientos cambiaron de dirección, la situación se calmó en parte y enseguida se pusieron en marcha. Recorren la mitad de la ruta y se refugian en una cueva de hielo. Hacia las 2 de la madrugada, el alemán ve cómo las estrellas aparecen entre las nubes. Era el momento, prosiguen con la escalada, y hacia el mediodía del día 4 hacen cumbre. El tiempo era perfecto.

La primera a la norte del Monte Sarmiento ya estaba sellada. Bautizaron la ruta como «La odisea de Magallanes», dedicada a los exploradores del siglo XVIII que se aventuraron en estas montañas.

Fue una actividad intensa de 38 horas (ida y vuelta al barco), con un recorrido de veinte kilómetros y 3.000 metros de desnivel. Las dificultades técnicas máximas de la escalada fueron de WI 4+.

Según nos adelanta Jasper, toda la expedición fue una verdadera aventura: «Las tormentas del Cabo de Hornos zarandeaban nuestro pequeño velero constantemente. Tierra del Fuego me interesaba desde el punto de vista histórico y, después de una charla que tuve con Ste-phen Venables, siempre había querido ir allí. Stephen alcanzó la cima Oeste del Monte Sarmiento escalando la cara sur en 1995. Esta montaña es mucho más baja que cualquier cima del Himalaya, pero plantea dificultades específicas. Allí el clima es extremo, las tormentas furiosas, el frío intenso y la lluvia incesante».

Y si todo ello fuera poco, se trata de una región salvaje, con una vegetación muy espesa y en la que hay que sortear pantanos peligrosos. Un dato que deja las cosas claras, para recorrer la zona de la selva, los alpinistas necesitaron dos días.

«El frío extremo, el terreno vertical y la escasez de nieve nos dificultaron encontrar la ruta, pero al final tuvimos mucha suerte con el tiempo. La ventana inesperada duró 20 horas, el tiempo justo para subir y regresar de forma segura. Supongo que es una cuestión de estar en el lugar correcto en el momento adecuado. No pudimos disfrutar de la cumbre, ya que pesaba más la preocupación de que una tormenta se cerniera sobre nosotros en cuestión de minutos. Y así ocurrió», añade Jasper.

monte sarmiento

Esta montaña de Tierra del Fuego plantea dificultades específicas: clima extremo, tormentas furiosas, frío intenso y lluvia incesante.

exploradores

Jasper y sus compañeros han bautizado la vía como «La odisea de Magallanes», dedicada a los exploradores que en el siglo XVIII se aventuraron en la zona.

«La del Monte Sarmiento ha sido una de las mejores expediciones de mi vida»

Robert JASPER

Alpinista

Normalmente sus actividades tienen el sello de alta dificultad y compromiso. También ha estado en lugares remotos como con Stefan Glowacz, pero dándole a la tapia dura. En cambio, esta última tenía otro cariz y no buscó la dificultad técnica.

Desconocíamos las dificultades de esta montaña. Fue una verdadera aventura y un descubrimiento. No parece que sea tan difícil (WI4+), y, por lo tanto, tienes razón. Pero fue muy peligrosa, ya que tuvimos que sortear muchas grietas y porque estaba muy lejos.

Fue alpinismo real. Primero tuvimos que encontrar el camino por bosque, luego atravesamos durante 20 kilómetros grandes glaciares... Desde el punto de vista alpinístico fue difícil por el mal tiempo. Fue duro andar por las grietas, por lo que en este caso la dificultad de la escalada no tiene importancia.

¿Por qué apostó por la primera de la cara norte del Monte Sarmiento? ¿Qué era lo que le atraía?

Intentamos la cara norte de esta montaña porque era el único camino más lógico y correcto. Teníamos muy poca información sobre esta montaña, por lo que fue montañismo real; como en los tiempos de los descubrimientos del XVIII.

Vimos la cima de la montaña por primera vez durante la ascensión y seguimos nuestro instinto alpino. En total hicimos cuatro intentos.

¿Qué importancia le da a esta actividad? ¿El hecho de ser la primera a la cara norte? ¿A las más de treinta expediciones que han fracasado en distintos intentos de alcanzar la cima?

Todo en su conjunto. Realizamos la escalada en puro estilo alpino. En un ida y vuelta al velero de 38 horas. 38 horas ininterrumpidas de actividad. A esta expedición fuimos un pequeño grupo, y fue una verdadera aventura debido a lo complicado que era buscar un camino correcto y a las duras condiciones climatológicas.

Al final tuvimos la suerte de conseguir una ventana de buen tiempo de unas 20 horas. Desde el punto de vista alpino y del tiempo, para mí esta montaña es la más retadora de nuestro planeta. Sin duda, fue una gran escalada.

Usted realmente tiene un historial alpino sobresaliente. Dentro de esa trayectoria, ¿dónde situaría esta primera ascensión a la cara norte del Monte Sarmiento?

Por ejemplo, la primera en libre a la «directísima japonesa» de la cara norte del Eiger es una actividad totalmente diferente a esta última. Fue un paso más en la escalada libre de los Alpes. La expedición del Monte Sarmiento, en cambio, fue una gran aventura, un descubrimiento y una gran montaña en un lugar remoto.

Solo puedes llegar allí en barco, y, por lo tanto, es un juego diferente. Fue un planteamiento personal. Soy un alpinista al que le gustan todas las disciplinas del alpinismo moderno: desde el búlder hasta las vías de mixto, las grandes caras norte de los Alpes...

Voy a por todo. Ya he hecho varias primeras ascensiones en solo y en libre en los Alpes. También me gustan las expediciones modernas en estilo alpino. La aventura en lugares remotos es mayor que en montañas conocidas

Así pues, en esta ocasión le ha dado mucha importancia al alpinismo de exploración, ¿no?

Sin duda esta ha sido una de las expediciones más importantes de mi vida. Por ejemplo, estuve en Baffin con Stefan Glowacz. Descubrí una pared remota, era una gran aventura pero con un equipo más grande; con cámara y todo. Para mí fue una pena desde el punto de vista personal. Menos gente y menos tecnología... para mí eso es una mayor aventura; es lo que aprendí allí.

Para buscar la verdadera aventura en sitios remotos lo mejor es despojarte de todo lo posible. Por eso la expedición del Monte Sarmiento estaba compuesta de un equipo pequeño. Puro estilo alpino y muy rápido. Esto es lo que para nosotros fue lo más alentador en una actividad de este tipo en un lugar tan aislado.

En total tuvimos que recorrer unos 20 kilómetros y superar unos 3 kilómetros de desnivel. El viaje hasta tierra firme tampoco fue nada fácil; aseguraría que muy difícil. Tuvimos que viajar en un velero más de 300 millas desde Ushuaia. La mar estaba muy brava, y eso también hizo que fuera una gran aventura.

Andoni ARABAOLAZA

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