GARA > Idatzia > Kultura

Euskomic se exhibió entre los grandes del noveno arte

El cómic vasco ha participado en el Saló Internacional del Còmic de Barcelona, uno de los más prestigiosos de Europa, que tenía a Euskal Herria como país invitado. Durante cuatro días Euskomic, una plataforma concebida para este Saló por la Asociación Profesional de Ilustradores de Euskadi, ha expuesto su producción a los 100.000 visitantes que han desfilado por la Fira de Barcelona.

p048_f01_140x160.jpg

Ivan MULLOR

La crisis ha irrumpido en todos los rincones del planeta. ¿En todos? No. Hay un sector formado por artistas valientes e irreverentes que desafía ahora y siempre los malos tiempos. Quizás porque están dotados de unos genes especiales o simplemente porque a lo largo de la historia han tenido que luchar por defender un arte a menudo infravalorado y desplazado por otros géneros considerados superiores. El mundo del cómic es uno de los pocos sectores que renuncia a enarbolar el estandarte de la crisis. Pero actualmente no es sólo una actitud contestataria, sino el reflejo de una realidad. El noveno arte atraviesa por un buen momento de salud, resurgimiento de creación y de lectores, según se ha podido observar en la 28ª edición del Saló Internacional del Còmic de Barcelona (FICOMIC) que ayer cerró sus puertas después de cuatro días de actividad frenética. «Hemos aumentado un cinco por ciento el número de expositores y hacerlo en un contexto de crisis es importante. Demuestra que el sector es dinámico», comenta el director de la exposición, Carles Santamaria.

La cita actual ha sido especial para Euskal Herria, uno de los países invitados junto con Holanda. De esta manera, editores, dibujantes y profesionales del arte del papel y el lápiz -aunque la selección sólo afectó al sector de la CAV, porque es una iniciativa auspiciada por el Gobierno de Lakua- han compartido protagonismo con artistas reconocidos a nivel mundial como el gran clásico contemporáneo francés Jacques Tardi, Charles Berberian, Gilbert Shelton, Jeff Smith o Tanino Liberatore, entre muchos otros. El trabajo de 22 artistas vascos se ha podido contemplar junto con viñetas originales de «El príncipe Valiente», del canadiense Harold Foster, o del mítico «Corto Maltés», del singularísimo Hugo Pratt, aparte de las de «¡Puta Guerra!», de Tardi y Jean-Pierre Verney, que se han exhibido en la sala de exposiciones El Refugi (El refugio) de Badalona, seguramente el escenario más idóneo para degustar viñetas dedicadas al horror de la Primera Guerra Mundial, en las que el autor denuncia cómo soldados y civiles de todas las nacionalidades fueron víctimas de una conflagración que respondía a unos intereses de carácter imperialista. Tardi muestra las vísceras que hay detrás de las batallas, en las que los hombres son enviados a la muerte por un Estado Mayor capaz de todo tipo de atrocidades.

Para agrupar y exhibir la producción vasca se ha inventado la denominación Euskomic, que destacaba en el salón con un stand de 150 metros cuadrados dividido en tres espacios: uno, dedicado a la muestra del trabajo de 22 artistas vascos, entre los que se podía observar a los conocidos Santi Orue, Iñaki Holgado, Simonides, Juan Luis Landa y Ángel Unzueta o a los no tan conocidos Bruno Hidalgo, Leandro Alzate o Julen Rivas; otro espacio con material informativo de colectivos y editoriales relacionados con el cómic y, finalmente, una zona más interactiva donde se han celebrado mesas redondas como la que se realizó el sábado sobre el panorama actual del cómic vasco.

El dibujante de Errenteria Iñaki Holgado consideraba interesante la participación en eventos de estas características: «Es importante para que se vea nuestro trabajo a nivel de autores fuera de nuestras fronteras», y destacaba «el ambiente y el contacto con dibujantes de fuera. Esta toma de contacto viene muy bien». Holgado, que se ha encargado de promocionar entre otras cosas la revista «Xabiroi», que edita la Federación de Ikastolas, también quitaba hierro a la crisis. «Nuestro trabajo tiene un público muy limitado y como este público no ha bajado seguimos vendiendo lo mismo, como mínimo en mi caso». Mientras que Fernando Tarancón, responsable de la editorial Astiberri, analizaba la situación del cómic en Euskal Herria. «La situación es que no hay situación. No hay una línea de cómics vascos, cada uno es de su madre o de su padre. No hay una estética común. Simplemente estamos reunidos por una cuestión de procedencia, pero no compartimos un hecho diferencial como pasa en otros sitios como, por ejemplo, en Galicia».

Sin ninguna duda, el cómic vasco ha dado la talla en una de las citas más importantes de Europa. Ha demostrado que cuenta con una amplia nómina de artistas y con una tradición solida forjada durante los últimos cuarenta años, como ha quedado recogido a lo largo de este tiempo en las antiguas revistas «Ipurbeltz» o «Habekomik», o se puede contemplar actualmente en «TMEO», «Xabiroi» o «El Balanzin».

El cómic no solo sobrevive en tiempos de penurias económicas, sino que además sirve de fuente de inspiración para la industria audiovisual. La influencia del noveno arte en el cine o en los videojuegos es tan importante que en los últimos años el FICOMIC ha dedicado un espacio a estos matrimonios. «XBOX 360» ha contado con un macro espacio donde ha mostrado videojuegos como «Alan Wake» y la beta de «Halo Reach», uno de los juegos de acción más esperados del año. Además, los visitantes han podido contemplar la presentación de la nueva oferta de juegos de Project Natal en una maxipantalla, aparte de probarlos en una de las muchas consolas disponibles en el salón. Y la exposición de «Del Pinzell al Píxel» (Del pincel al pixel) ha servido de escaparate de ilustraciones que Alfonso Azpiri ha hecho para portadas de videojuegos.

Si la relación que el cómic mantiene con los videojuegos se puede considerar reciente, la que mantiene con el cine viene de más lejos. La primera adaptación a la gran pantalla de un cómic basado en superhéroes data de 1941, cuando se lanzó un serial de animación sobre Superman. Desde entonces el vínculo entre el séptimo y el noveno arte se ha estrechado profundamente.

Especialmente ha sido Hollywood quién ha buscado ideas en el imaginario del cómic. El último ejemplo es la vuelta a la gran pantalla del superhéroe enmascarado «Iron Man», que se ha convertido en una de las películas más esperadas de la temporada. Pero también han tenido su presencia significativa en el salón catalán los filmes «Los Perdedores» y «Jonah Hex» en la exposición «Cómics a la cartelera».

El primero, estrenado recientemente, tiene como protagonistas agentes especializados en guerras sucias y el segundo, que se podrá ver este verano, a un justiciero del Far West de rostro desfigurado. Jaume Vidal, uno de los comisarios del Saló de Barcelona, destacaba que «se vive un momento creativo muy potente y muestra de esto es que el mundo del cómic sigue alimentando Hollywood: las producciones cinematográficas importantes están inspiradas en cómics».

La edición de este año también ha querido manifestar la vinculación que ha existido entre el mundo del cómic y el de la música, a través de la exposición «Los ritmos del cómic» elaborada por dibujos originales de grandes artistas clásicos y modernos, que han dado mucha importancia a la música en algunas de sus historias. Además se han contemplado portadas de vinilos dibujadas por autores de cómic o con personajes salidos de las viñetas.

El Saló, como es habitual, ha querido premiar a los mejores artistas de 2009. En este sentido destacan el dibujante Kim y el guionista Antonio Altarriba, quienes recibieron tres galardones: el de mejor obra, el de mejor autor y el de mejor guión; los tres premios principales que otorga el Saló del Cómic de Barcelona, que también premió como mejor obra extranjera a «Génesis», de Robert Crumb, uno de los grandes éxitos de esta pasada temporada. El Gran Premio del Saló fue para el dibujante catalán Rubén Pellejero.

Cautela y cierto miedo ante la introducción del soporte electrónico
Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo