Giro Segunda etapa
La magglia sigue siendo «pink»
Tyler Farrar se adjudica el primer sprint de la prueba y un corte por las caídas coloca a Cadel Evans al frente de la general.
Amaia U. LASAGABASTER
Bradley Wiggins es la nueva imagen del ciclismo anglosajón, pero no la única. La presencia, y el peso, de británicos, estadounidenses y australianos ha crecido exponencialmente en los últimos años y un buen ejemplo podría ser este Giro, en el que la magglia sigue siendo pink (rosa, en inglés).
Si un londinense de equipo británico se hizo con la primera etapa, ayer tomaron su relevo dos escuadras estadounidenses, en la figura de un norteamericano, vencedor de la jornada, y un australiano, nuevo líder.
En versión sin acertijos, Tyler Farrar (Garmin) fue el más rápido en el primer sprint de este Giro y Cadel Evans (BMC) aprovechó el corte fruto de las caídas -Vinokourov, Basso y Garzelli entraron en el grupo cabecero, pero Wiggins, Sastre y Cunego perdieron más de medio minuto- para suceder al corredor de Sky como portador de la magglia rosa.
Un color que ya había probado en su única participación previa en la ronda italiana. En 2002, en lo que fue prácticamente su estreno en la carretera -aunque en realidad había dado el salto desde la mountain bike un año antes de la mano de Saeco-, se vestía de rosa en Corvara in Badia, una etapa grabada en la retina de los aficionados por la exhibición suicida de Paolo Savoldelli. Un día después, una pájara monumental camino del Passo Coe le descabalgaba del liderato, precisamente en favor del italiano, que acabó adjudicándose el Giro. El entonces desconocido corredor de Mapei fue 14º en la general final.
Casi una década después, el pelotón ha cambiado mucho -aunque Garzelli, Petacchi o Simoni, entre otros, repiten junto al australiano- y también lo ha hecho el propio Evans. Que quizá renuncie a desgastar a su equipo defendiendo desde ahora un rosa que de todos modos puede moverse al ritmo de las bonificaciones, pero que peleará por quedárselo a partir de la próxima semana si se cumplen los pronósticos. Incluyendo el de Miguel Indurain, que ve al campeón del mundo como principal candidato.
De susto en susto
Antes de que el Terminillo empiece a marcar posiciones, y con una jornada de descanso y una contrarreloj por equipos de por medio, las etapas se prevén similares a la de ayer. Es decir, fugas y sprints. Y caídas, peaje habitual de las trompicadas carreteras holandesas, siempre abarrotadas de público y también de trampas.
Tyler Farrar fue, curiosamente, uno de los daminificados, aunque el resultado fue peor para Wiggins, Sastre, Cunego -sin daños físicos, en principio, pero con medio minuto perdido en línea de meta- o Filippo Pozzato, que se llevó un buen golpe y arribó a más de cuatro minutos. Antes de llegar a la ratonera de Utretch, cuatro hombres en fuga (Facci, Flens, Pirazzi y Voss) marcaron el ritmo de carrera durante muchísimos kilómetros. Sky ejerció el papel que le correspondía, tumbando la escapada y fue entonces cuando las caídas despedazaron cualquier planificación.
Con el pelotón fragmentado, Vinokourov -compartiendo grupo con Evans, Basso y Garzelli- tiraba para aumentar distancias, Cervélo y Sky para reducirlas y los velocistas se la jugaban sin control. Tyler Farrar surgió del caos con superioridad, conquistando su primer triunfo en una de las grandes.
El guión para la tercera etapa, que llevará al pelotón desde Amsterdam a Middelburg (224 kilómetros) se prevé similar.
Cadel Evans se mostró satisfecho por volver a vestir la magglia rosa ocho años después, pero también prudente, teniendo en cuenta todo lo que queda por delante.
«En una carrera de tres semanas hay que estar bien desde el primer hasta el último día -recordó-. Lo importante es acabar bien. Quizá es que lo veo de diferente manera a como lo hacen otros porque soy el corredor que perdió el Tour por 23 segundos». En lo que respecta a la etapa, Evans aseguró que fue «una de las más ridículamente peligrosas y nerviosas que he corrido».
También su director John Lelangue consideraba que, más que el liderato, lo mejor del día fue «el tiempo que hemos sacado a algunos rivales». El objetivo de su equipo, de hecho, no pasa «por mantener la magglia durante 21 días. Queremos estar todos los días en el pelotón de cabeza para llegar en buena posición a los últimos diez días. Ése es el objetivo».
GARA
El Jökull vuelve a hacer de las suyas y esta vez puede dejar al pelotón del Giro sin jornada de descanso. Los equipos tenían previsto volar hoy, tras la conclusión de la etapa, a Savigliano, donde el martes arranca la contrarreloj por equipos. Los cierres de aeropuertos amenazan con forzarles a cambiar de planes. La organización ya ha dispuesto varios autobuses y es posible que también haya que tirar de trenes y coches para recorrer los 1.200 kilómetros entre Middelburg y Savigliano.
Benoit Vaugrenard (Fdj), superviviente de la fuga del día, se adjudicó en solitario la última etapa de los Cuatro Días de Dunkerque. No hubo cambios significativos en la clasificación general, que fue para Martin Elminger (Ag2R). Rubén Pérez (Euskaltel) fue el mejor corredor vasco en la general final.
Thor Hushovd (Cervélo) se fracturó la clavícula durante un entrenamiento en carreteras italianas. El noruego cayó tras chocar contra una niña que cruzaba la calzada y que resultó ilesa. El corredor pasará hoy mismo por el quirófano.