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BP busca alguna solución una vez comprobado que la cúpula no sirve para nada

La petrolera British Petroleum (BP) intentaba ayer frenar la fuga de petróleo en el Golfo de México, después de que una monumental cúpula sumergida fracasara en su intento por contener el derrame.
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GARA | WASHINGTON

Responsables de BP, que asumió la responsabilidad de la tragedia, aún dicen conservar la esperanza de detener la fuga a unos 1.500 metros de profundidad. A diario lanza al mar unos 800.000 litros de petróleo, según las estimaciones más optimistas. Advirtieron, eso sí, de que tardarán unos días en encontrar una nueva solución.

«No diría ya que hemos fracasado», aseguró Doug Suttles, jefe de las operaciones de BP, a cargo de las tareas a AFP. «Lo que intentamos hacer el sábado no funcionó debido a la presencia de hidratos (de metano) en la parte superior de la campana», un compuesto sumamente inflamable, señaló. Los hidratos, similares a cristales de hielo, se formaron en el interior de la cúpula de 98 toneladas cuando estaba por llegar al fondo marino, obstruyendo una apertura por la cual BP esperaba extraer el petróleo.

La cúpula quedó posada en el suelo marino a más de un kilómetro y medio de profundidad y a apenas unos cientos de metros del pozo, mientras espesos manchones de alquitrán alcanzaban las playas de arena blanca de Alabama, en una nueva señal de que la situación empeora.

BP esperaba que la cúpula estuviera hoy mismo operativa y que recolectara aproximadamente el 85% del petróleo, canalizándolo hasta un buque en la superficie. La operación era vista como una de las últimas esperanzas para evitar el mayor desastre medioambiental en EEUU desde el derrame del buque Exxon Valdez en 1989 en Alaska.

Mientras la compañía analiza otros métodos, como calentar los hidratos en la cúpula, el crudo sigue fluyendo libremente y varias manchas de alquitrán aparecieron en la isla Dauphin, en Alabama.

Debido a que la marea negra ya ha alcanzado varias islas frente a la costa del estado de Luisiana, las autoridades locales pidieron más barreras flotantes para proteger las zonas bajas y costeras, que además de ser reservas de fauna y flora silvestres, son destinos turísticos y de pesca que reportan miles de millones de dólares.

De momento, vientos favorables han impedido que el crudo aterrice de lleno en la costa estadounidense, amenazando sobre todo la rica reserva marina de Luisiana y las turísticas playas de Misisipi, Alabama y Florida.

BP anunció que asumirá la multimillonaria operación de limpieza, tras el accidente en la plataforma Deepwater Horizon, que explotó el 20 de abril y se hundió dos días después, dejando a 11 operarios de BP muertos.

Los trabajadores de BP han volcado además diluyentes sobre la superficie y desplegado cientos de miles de barreras flotantes para contener el crudo.

Los ambientalistas aseguran que los diluyentes también son nefastos para la vida marina. «Esos productos no hacen que el petróleo se vaya», indicó Joe Griffitt, biólogo marino del Gulf Coast Research Laboratory. «Simplemente, van al fondo marino. Allí es donde se encuentran los sedimentos y las larvas. Por lo que el efecto tóxico es doble».

semanas

Se necesitaron casi dos semanas para construir la pieza de acero y hormigón y tres días para trasladarla a unos 80 kilómetros de la costa y bajarla hasta el pozo de petróleo, donde la temperatura del agua es demasiado baja.

hacia el norte

Hasta el sábado, el grueso del petróleo no llegaba a la costa estadounidense del Golfo. Hasta ahora, las corrientes empujan el derrame sólo a las costas estadounidenses y no a las mexicanas, al sur del golfo.

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