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CRÓNICAS Confesiones del mariscal Zukov

La Wehrmacht estuvo muy muy cerca de vencer a la URSS

Rusia ha difundido estos días por primera vez una entrevista televisiva a Georgi Zukov, prohibida en tiempos de la URSS, en la que el mariscal del Ejército Rojo evocaba que la derrota frente a la Alemania nazi estuvo mucho más cerca de lo que se ha sostenido.

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Stuart WILLIAMS France Presse

La difusión de este documento, realizado en 1966, ha coincidido con los preparativos de la gran parada militar en Moscú para celebrar el 65 aniversario de la victoria de los aliados sobre las tropas de Adolf Hitler.

En la entrevista, retransmitida por la televisión Pervyi Kanal, el mariscal Zukov (1896-1974) declaraba que los generales soviéticos no estaban para nada seguros de que el Ejército Rojo pudiera impedir a la Wehrmacht superar la línea de defensa de Mojaisk (110 kilómetros al oeste de Moscú) y de llegar a la capital. «¿Me pregunta si los comandantes confiaban en que podíamos mantener esta línea de defensa y frenar al enemigo? Debo responder con franqueza que no estábamos completamente seguros», reconocía Zukov.

«Habría sido posible contener a las unidades iniciales del enemigo, pero si éste hubiera enviado rápidamente a sus principales fuerzas, habría sido difícil retenerlo», confiaba el militar al entrevistador, el periodista y escritor ruso Konstantin Simonov.

Inquietud de Stalin

El mariscal Zukov, que dirigía entonces la defensa de Moscú, contaba que el líder entonces de la Unión Soviética, Josif Stalin, le convocó al Kremlin en octubre de 1941 y le hizo partícipe de sus inquietudes.

«Stalin estaba aquejado de gripe pero no dejaba de trabajar. Me enseñó el mapa del frente y me dijo: `Mire la situación en el frente occidental. Yo no llego a entender lo que está pasando ahí abajo en este momento. ¿Donde están nuestras tropas?'», recuerda Zukov que le dijo entonces.

Una vez llegado al frente, Zukov se encontró con que la defensa montada hasta entonces en esa zona era «claramente insuficiente. Nuestras tropas de la línea de defensa de Mojaisk no habrían podido frenar al enemigo si éste hubiera llevado a cabo el movimiento hacia Moscú». Y el militar añade: «Decidí telefonear a Stalin y le dije que lo más urgente era ocupar la línea de defensa de Mojaisk, teniendo en cuenta que no había, de hecho, tropas (soviéticas) en el frente occidental».

Ya en un análisis más general, el mariscal soviético reconocía que «siendo cierto que la Wehrmacht sobreestimó sus fuerzas y subestimó a las tropas soviéticas», no lo es menos que «las condiciones meteorológicas de Rusia -frío, nieve y barro- jugaron un papel vital en la derrota de la Alemania nazi.

De héroe a villano

El célebre mariscal participó en el asalto final a Berlín en 1945 y recibió el honor de dirigir el desfile victorioso del Ejército Rojo a lomos de su caballo en la Plaza Roja.

Pero después de la guerra, el general, que cosechó una excesiva popularidad a ojos de Stalin, fue degradado en 1946 al cargo de comandante del distrito militar de Odessa, ciudad portuaria de Ucrania, por aquel entonces república soviética. Los historiadores relatan que el dirigente soviético estaba celoso y eclipsado por la popularidad del mariscal.

Tras la muerte de Stalin, en 1953, Zukov fue nombrado ministro de Defensa. Se le dedicó incluso un monumento en la Plaza Roja.

Las autoridades soviéticas ordenaron, sin embargo, la destrucción de la copia de la entrevista con Simonov. No obstante, un extracto fue salvado y permaneció en los archivos.

La difusión de este documento se inscribe en el cuadro de la apertura registrada recientemente en Rusia en torno a la historia de la Segunda Guerra Mundial.

La semana anterior, documentos ya desclasificados sobre la masacre de miles de oficiales polacos en 1940 -cuya responsabilidad asumió Rusia tras la caída de la URSS-, fueron colgados en internet.

Tanto la URSS como sus aliados en la guerra imputaron esta masacre al Ejército nazi.

Medio siglo después, Rusia reconoció públicamente que había sido obra del Ejército Rojo a las órdenes de Laurent Beria, lugarteniente de Stalin.

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