Norbolsa llevó ayer a Bilbo, para intervenir ante un nutrido grupo de empresarios que cotizan en bolsa, al presidente de la CNMV, Julio Segura, y al consejero de Economía y Hacienda del Ejecutivo de Lakua, Carlos Aguirre, para abordar «Las nuevas directrices para la regulación y supervisión de los mercados financieros y de capitales».

Segura casi no dio importancia a la subida histórica del mercado de valores, después de la caída de la semana pasada. Lo justificó en la solidez que han dado los gobiernos de la Unión Europea, con un plan de más de 600.000 millones, y porque después de una caída llega una subida para recuperar posiciones. A su juicio, es algo «lógico» y, desde luego, producto de la especulación financiera, sobre la que no puso duda alguna.

Segura advirtió ante los periodistas de algo que no dijo ante los empresarios: que los resultados de las empresas que cotizan en bolsa «han sido mejores» que el año pasado y que, sin embargo, «no se ha reflejado» en el conjunto de la economía.

Apuntó que la economía mundial crecerá, según las previsiones oficiales, en torno al 4%, pero añadió que «habrá grandes desigualdades». Insistió, en cualquier caso, en que «los riesgos e incertidumbres persisten», una vez que vayan retirándose las ayudas extraordinarias para la sostenibilidad de la economía financiera. Esa desaparición generará «un coste del 1,5% del PIB para los países del G-20», precisó.

Otro riesgo que ve la CNMV es la «sostenibilidad de las finanzas públicas, por el endeudamiento del sector público derivado de las medidas de apoyo al sistema financiero, así como de los efectos de la crisis financiera sobre la economía real». No dudó en la necesidad de regular a «nivel global», de tal manera que «haya más transparencia» y para que en las cuentas de resultados y balances de la compañías «se reflejen con exactitud» los datos. Porque, dijo, «la falta de información y transparencia han sido los fallos del sistema».

El consejero Carlos Aguirre fue en el tema financiero bastante directo y claro ante miembros de empresas y grupos financieros. Tras valorar de forma positiva el mecanismo de apoyo al sistema económico europeo, reconoció que «cada vez está más extendido que los mismos responsables de la crisis están siendo los grandes beneficiados». Lamentó, en este sentido, que «el mercado de capitales proporciona a sus operadores un poder tan grande que puede hundir monedas, estados y sociedades. En definitiva, permite la especulación hasta términos inaceptables», aseveró.

Fuera de la recesión

A su juicio, «la economía europea ya hace meses que ha salido de la recesión», mientras que, sostuvo, «la economía española está mucho mejor que lo que señalan los mercados financieros». Explicó que el pasado viernes el Banco de España «certificó la salida de la recesión, con un ligero crecimiento en el primer trimestre, después de casi dos años en negativo y, sin embargo, la bolsa sufrió una de las mayores bajadas del año».

En su opinión, tuvo mucho que ver «con un proceso especulativo que por reacciones lógicas sobre lo que está pasando a la economía real». Por ello, se preguntó cuál debe ser el papel de la política fiscal en esta salida de la recesión. Sin embargo, no dio ningún pista de cómo atajar a los especuladores y para que la élite económica pague más impuestos. Sólo añadió, entre otras cosas, que «nuestra economía requiere de estímulos fiscales para mantener, incluso potenciar su demanda interna».