La Bolsa salta del abatimiento a la euforia movida por la especualción ante la crisis
Con independencia de la trascendencia efectiva que pueda tener en el futuro, el acuerdo alcanzado por los ministros de Economía de los países de la Unión para blindar el euro tuvo ayer como consecuencia inmediata una reacción eufórica al alza en todos los parqués europeos, especialmente en el español. El selectivo Ibex 35 cerró con la mayor subida en sus 18 años de existencia, fijada finalmente en el 14,43%, con el sector financiero como principal protagonista.
Esta reacción deja claro una vez más que la Bolsa, en teoría uno de entre los principales indicadores en el sistema capitalista, lejos de dar una medida ponderada de la salud que goza o padece la economía, se deja llevar -y de forma desbocada- por bulos en un caso o decisiones puntuales en otro para pasar de una semana negra como la anterior, la peor desde la quiebra de Lehman Brothers, al repunte histórico en una sola jornada que se vivió ayer. Los índices bursátiles se desnudan así como lo que realmente son: hipersensibles termómetros de la especulación y los intereses cruzados, en las antípodas de cualquier aproximación a la economía productiva, a la economía real.