El lateral croata del San Antonio Davor Dominikovic se despidió el pasado sábado de la afición navarra, visiblemente emocionado y con lágrimas en los ojos, tras cuatro temporadas vistiendo la elástica albiazul. El espigado jugador llegó procedente del Barcelona con «hambre de títulos» cuando el club antoniano atravesaba su época dorada, pero finalmente le ha tocado vivir el declive de ese proyecto. No obstante, el balcánico también guarda buenos recuerdos.

«Aunque en estos cuatro años he vivido los momentos más difíciles de mi carrera -un caso de falso dopaje en 2007 y la única lesión grave de su carrera deportiva un año más tarde- también han sido los mejores años de mi vida. Aquí nació mi hijo y siempre voy a sentirme como un pamplonés más», afirmaba en declaraciones realizadas a la Agencia EFE.

Con sus más de dos metros de altura y un carácter temperamental, Dominikovic se convirtió en una pieza básica de la retaguardia antoniana en los últimos años y, aunque le hubiera gustado continuar en la disciplina del club iruindarra, su próximo destino será casi con total seguridad Alemania aunque, de momento, no ha querido desvelar el equipo «porque son dos o tres opciones y no se han cerrado».

«Me siento triste no sólo por la despedida sino porque este club ha bajado muy rápido en muy poco tiempo y esta afición y la ciudad no se lo merecen. El último partido aquí fue bonito y muy emotivo, pero duele porque no sé lo que va a ocurrir con este club, nadie lo sabe», se lamenta el jugador antoniano.

En este sentido, Dominikovic aseguró que le hubiera gustado finalizar su carrera deportiva en Iruñea, pero que no pudo ser por la situación del club. «A finales de enero el entrenador me ofrecía renovar al terminar mi contrato y eso para mí era un premio y un reconocimiento a mi trabajo y me planteé acabar mi carrera deportiva aquí. La pena es que esa oferta nunca se pudo hacer realidad y sólo puedo decir que me va a doler más salir de Pamplona que hace muchos años salir de Metkovic, mi ciudad. Después de cuatro años tengo más amigos fuera del balonmano que dentro y, aunque me voy de aquí, seguro que voy a mantener el contacto con ellos porque mi familia y yo agradecemos mucho el trato que hemos recibido», valoró el jugador, que espera su segundo hijo en los próximos meses.

Dominikovic ejerce este año capitanía junto al extremo Fernando Hernández, que también termina contrato y que no sabe si va a poder continuar en el San Antonio la próxima temporada. «No sé si el partido del sábado fue el último porque nadie me ha dicho nada. No tengo ofertas de momento, pero aquí he estado muy feliz y me gustaría seguir», declaró el extremo, que aprovechó la ocasión para felicitar el trabajo de toda la plantilla en una temporada «difícil».