La Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) organizó en Bilbo, con motivo de su cincuenta aniversario, un coloquio sobre «Los caminos de la reactivación. El camino del norte». Una oportunidad para escuchar mensajes atrevidos de quienes se supone están al frente de empresas influyentes, pero, una vez más, estos empresarios que dicen estar tan comprometidos con este país miran más a sus bolsillos que a la estabilidad laboral y económica del conjunto de la sociedad. Ni una receta nueva. Para ellos, los caminos de la reactivación confluyen en reformas que recorten derechos laborales y salariales y de pensiones, ni más ni menos.

El presidente de Tubacex, Álvaro Videgain, el de BBK, Mario Fernández, y el consejero delegado de CAF, Andrés Arizkorreta, aunque éste último no acudió por el accidente mortal de una trabajadora un día antes, estaban llamados a mostrar algo de luz en este largo túnel de la crisis económica, pero se mostraron parcos en un mensaje fuera del coro oficial.

Susana Rodríguez, ex decana de la Comercial de la Universidad de Deusto y consejera del BBVA, moderó un encuentro en el que la élite empresarial y económica de este país mostró que vive unos cuantos palmos por encima del suelo. No tocan el suelo, por lo que no viven la tragedia del paro, de los bajos salarios, la precariedad y la falta de seguridad laboral en las empresas. Prepararse para la reactivación quiere decir, según transmitieron, recortes laborales y de las pensiones. Lo dijeron precisamente quienes, al día de hoy, ni se preocupan cómo van a llegar a fin de mes ni por su pensión, una vez que se jubilen. Sin embargo, se atrevieron, una vez más, a dar consejos para que los trabajadores cobren menos.

El presidente del grupo Tubacex, que tiene su sede en Laudio, reclamó un cambio de modelo de las relaciones laborales y dijo que en Hego Euskal Herria la negociación colectiva «está politizada» y que supone «un freno y un retraso» para la empresa. Pidió que se negocie entre el trabajador y la empresa. Además exigió jornada flexible adecuada a la cartera de pedidos, un bolsín mayor de horas a disposición de los empresarios, y un control mayor de la incapacidad temporal para «reducir el escandaloso absentismo laboral». No hace mucho, en la empresa que dijo que se pone el «buzo todos los días» y «huele a taladrina», falleció un trabajador en prácticas, pero a Videgain no se le escuchó que iba a mejorar las condiciones de prevención de riesgos laborales.

Al final, el presidente de Tubacex desde 1993, fue más claro y afirmó que en la planta que tiene en Austria, los trabajadores «son parte de la empresa y el sindicato participa en el consejo de dirección y controla el absentismo laboral».

Añadió que en Austria un trabajador «nos sale más barato en 6.000 euros». Ese es el modelo, porque más tarde dijo que «las empresas estamos para ganar dinero».

También se posicionó a favor de la energía nuclear, sobre la que dijo que no hay problemas, y exigió al Ejecutivo español que «suba, aunque sea impopular el precio de la electricidad a la población».

Mario Fernández, presidente de BBK, también se mostró a favor de las reformas laborales. Fue profesor, tanto de Susana Rodríguez como de Álvaro Videgain, aunque éste último le reprochó que no se acordara de él «posiblemente porque fui un estudiante un poco gris».

El presidente de BBK agradeció la inyección de los 750.000 millones de euros para «salvar al euro» y dijo que la caja vizcaina es la «más solvente, rentable y con mejor futuro» en este momento, aunque se mostró preocupado por la nueva normativa sobre Basilea 3, que reclama más transparencia, capitalización y penaliza, en cierta manera, como dijo, a cajas con participaciones industriales. Se quejó del paso dado por el Gobierno español sobre la eliminación del blindaje en los consejos de administración, «porque pone en riesgo a Iberdrola».