El nuevo presidente filipino, Benigno Aquino, anunció que, tal y como hizo su madre, Corazón, cuando gobernó el archipiélago, no residirá en el palacio de Malacañang. «Si es posible, quiero residir en la residencio familiar porque quiero tener una vida lo más normal posible y mantener los pies en la tierra», señaló Aquino, que pertenece a una dinastía política filipina.