Cada vez que el líder de una categoría se enfrenta al farolillo rojo de la clasificación, hay dos reacciones que se repiten con asiduidad. El primero suele ser el optimismo de la afición, que ve en el choque una oportunidad de oro para afianzar el liderato; el segundo llega por parte de los protagonistas, jugadores y técnicos, cuya labor consiste en evitar la euforia recordando la dificultad del envite.

Los últimos en hacerlo fueron el capitán Mikel Aranburu y el central Mikel González. El primero no olvida «las enormes dificultades que puso el Castellón en el partido de ida», mientras que el segundo hizo hincapié en la situación de un rival que «afronta sus últimas oportunidades para agarrarse a la categoría y no nos lo pondrá fácil».

Basta repasar un poco la hemeroteca para darse cuenta de que tales declaraciones no son simple retórica. El Castellón ha ganado los dos partidos que ha disputado en Anoeta en las últimas dos temporadas, y lo ha hecho, además, marcando cinco goles en 180 minutos. Las visitas a Castalia han ido un poco mejor, si bien la primera visita de esta última época se saldó hace tres años con derrota (1-0).

Entre los malos recuerdos que guarda el aficionado cuando oye hablar del Castellón, destaca sobremanera el primer partido que jugó la Real en Segunda tras 40 años en la Primera División. El 26 de agosto de 2007, la gente llegaba en manga corta a Anoeta queriendo «descubrir» lo que le esperaba a su equipo en la categoría de plata, y lo que pudo comprobar es que las cosas no serían nada fáciles. El equipo blanquinegro se imponía con gran autoridad por 0-2 y, como reconocía el propio Gari Uranga -jugador de la Real ese año y del Castellón los dos últimos-, «nos han dado un buen meneo».

La temporada pasada, en otro contexto y con otros protagonistas, la historia se repetía. Una Real que afrontaba la temporada con el lema «Aurten Bai», veía cómo en la novena jornada el Castellón se volvía a llevar los tres puntos de Anoeta, imponiéndose por 2-3 con dos goles de Arana. De aquel partido, quedan para el recuerdo las internadas de un tal Emilio Nsue por la banda. Cuando el pasado verano el jugador del Mallorca llegaba cedido a la Real, Mikel Aranburu reconoció que quedó impresionado con sus jugadas.

Es verdad que el Castellón ha sufrido varios cambios respecto a los años anteriores y que, actualmente, se encuentra a ocho puntos de la permanencia. No obstante, el equipo tiene un antecedente al que aferrarse para la cita de mañana. Tal y como han recordado estos días en la web del club, el Castellón ya fue capaz de ganar por 1-2 en el campo del Hércules, allá por el mes de enero, cuando los de Alicante eran líderes y nadie daba un duro por los visitantes.

No faltan, por tanto, razones para salir enchufados a un partido para el que Mikel González sigue siendo duda en el centro de la defensa -tomará una decisión en el entrenamiento de hoy-, estando la otra gran duda en el puesto de delantero, tras arrebatar Nsue a Agirretxe la titularidad en el partido del pasado sábado en Gal.