Después de su película de ficción sobre Salvador Puig Antich, el realizador catalán Manuel Huerga sigue reflejando a personajes reales en la pantalla pero, esta vez, dentro del documental sobre viajes espaciales. La mayoría del material que compone «Son & Moon» fue tomada en la Estación Espacial Internacional por el astronauta Michael López-Alegría. De las trescientas horas de grabaciones acumuladas, sale la hora y media del montaje final, con un contenido distinto del que estaba previsto. Porque de lo que iba ser una crónica de la misión espacial que partió de Kazajistán a bordo del Soyuz TMA-9 en septiembre del 2006, se ha pasado a un docudrama más personal sobre la educación a distancia.

«Son & Moon» se centra en las conversaciones vía webcam que López-Alegría mantiene con su hijo de seis años, al no querer descuidar el seguimiento de los estudios del chaval durante los meses de ausencia. La relación paternofilial, dentro de un contexto tan inusual, se transforma en una lección sobre la transmisión de los ideales de futuro. Los sueños del padre de llegar a viajar al espacio sirven de estímulo a su hijo Nicolás de cara a perseguir sus metas con el mismo tesón. Dicha comunicación se combina con imágenes cotidianas de los astronautas flotando en el interior de la Estación.