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Análisis | Osasuna en la campaña 2009-2010

Estudiantes aplicados que deben progresar adecuadamente

El futuro inmediato va a depender muy mucho de si se mantiene el bloque o se aceptan ofertas por ambos laterales y algún otro jugador. Las próximas incorporaciones, previstas en todas las líneas, se estima que provendrán del mercado estatal. El primer cambio se ha dado en los despachos. Ángel Martín sustituye a Lorenzo como secretario técnico.

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Natxo MATXIN

El conjunto rojillo hizo los deberes consiguiendo la permanencia en la antepenúltima jornada, pero son muchos los que en el entorno, incluido su propio técnico, creen que de esta plantilla se puede obtener un mayor rendimiento y pujar por cotas más altas en Liga y Copa.

Viniendo de donde se venía -dos temporadas consecutivas sufriendo hasta el último segundo-, po- dría parecer que el hecho de que Osasuna se salvara a falta de dos jornadas tendría que calificarse como de rotundo éxito. Aún siendo conscientes de que el principal objetivo de la escuadra navarra es y seguirá siendo la permanencia, ello no es óbice para reconocer que la campaña recién finalizada ha tenido sus luces y sombras, con un buen número de altibajos.

La irregularidad por bandera. Osasuna no ha pasado por los serios apuros de la última campaña de Ziganda y la primera de Camacho, pero ni su patrón de juego ha terminado de definirse ni los resultados han sido regulares. El equipo rojillo empezó el año mostrando las maneras que a su técnico complacían: presión, juego directo sin pérdidas en el medio campo y prolongaciones de los puntas -léase Pandiani y Aranda- con segundas jugadas para el resto de atacantes.

Sin embargo, fue el propio vestuario quien reivindicó mejor trato de balón, daba la impresión de que había calidad como para ello. El toque de atención que dio al respecto Camuñas -fichado esta campaña, pero con cada vez más peso en la plantilla- sirvió para que la escuadra navarra hilvanara y generara un juego más creativo.

Encuentros como los del Alfonso Pérez, el Molinón o el Madrigal sirvieron para confirmar que Osasuna sabía jugar al fútbol, pero el escaso rendimiento de puntos a esas nuevas prestaciones pusieron en tela de juicio la táctica. El punto álgido de los de Camacho fue entre mediados de enero y principios de febrero con la consecución de cuatro victorias ligueras consecutivas, pero ello no tuvo continuidad

Falló en los momentos clave. Y una de las razones para que no se encadenaran más triunfos y se pudiera aspirar a cotas más altas, tal y como lamentó amargamente Camacho, es que el equipo no estuvo a la altura de las circunstancias cuando el nivel competitivo lo requirió.

A Osasuna le faltó suficiente oficio para cerrar partidos que tenía controlados, saber llevar el ascua a su sardina cuando el rival ya estaba prácticamente sentenciado o terminar de finiquitar encuentros bastante bien encauzados. Han sido numerosas las ocasiones a lo largo de esta última temporada en las que los navarros han dejado escapar preciosos puntos en los últimos momentos y el final del Bernabéu sólo fue la demostración más mediática de ello.

Un cómodo visitante para los contrarios. Esa sangría de puntos se produjo en especial a domicilio y, sobre todo, en la segunda vuelta. En este giro, los rojillos sólo consiguieron obtener tres puntos fuera de casa en el primer envite que abrió dicha vuelta frente al Villarreal, uno de los partidos más completos que firmaron. A partir de ahí, y fueron nada menos que ocho, todas las visitas se saldaron con derrota, una estadística que no trajo consigo mayores males sólo por el hecho de que el grupo se mantuvo con firmeza en El Sadar.

Una defensa galáctica. Ha sido una de las claves por las que Osasuna se ha mantenido en Primera División. Sus números en este apartado son de Champions en lo que se refiere a los enfrentamientos vividos en el estadio iruindarra, donde sólo se han encajado 16 goles, dos menos que equipos como el Real Madrid o el Sevilla.

Ninguno de los dos colosos consiguió ganar en El Sadar y sólo hispalenses y valencianistas lograron llevarse a su zurrón relativos triunfos cómodos. Las actuaciones de Ricardo, por el que no parecen pasar los años, y el magnífico momento de forma de Sergio han tenido mucho que ver en un rendimiento defensivo en el que se ha volcado todo el conjunto.

El gol sigue siendo la asignatura pendiente. Es la otra cara de la moneda, el mal endémico que acompaña a la escuadra navarra en los últimos tiempos. Los rojillos tienen el punto de mira desviado cuando llegan a los últimos metros y lo han vuelto a poner de manifiesto en la campaña recién finalizada.

De todo el entramado atacante, sólo Pandiani ha firmado números destacables -Aranda, con cinco dianas, ya se autoflageló recientemente-, además de la colaboración anotadora de Vadocz y Juanfran, amén de la importantísima contribución ofensiva de Camuñas.

Las primeras decisiones ya están tomadas. El renovado como presidente Pachi Izco mantiene su confianza en Camacho, y el de Cieza seguirá en los banquillos. Quien se despide es Juan José Lorenzo. tras siete años siendo el máximo responsable del área deportiva. El hasta la fecha secretario técnico finaliza su contrato el 30 de junio y no va a renovar, según informó ayer el propio club. Su puesto lo ocupará un hombre de la casa, Ángel Martín González.

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