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Gari Mujika Periodista

Los «conquistadores»

Contar con un lehendakari que endosa a su madre el sonrojo de llevar un plástico de 50 euros con «poderes mágicos» es sintomático del nivel del de Coscojales. El domingo quería estar en la base policial de Erandio viendo cómo trabajan los perros de la Ertzaintza. Pero como el Gobierno del «cambio» nos quiere tanto, no recibimos invitación alguna y me quedé con las ganas de ver la exhibición canina. Pero pude escuchar a Patxi López definir a los policías autonómicos como «conquistadores de la libertad».

Cristóbal Colón también fue un «conquistador». Y un gran genocida... en nombre de la sacrosanta España, de esa entelequia creada a sangre y fuego. Como Franco. Todos ellos se refugiaban prostituyendo «la libertad».

El portugalujo recordó «el acoso, los insultos y ataques que habéis sufrido por parte de los totalitarios. Días y días en estado de alerta, tomando medidas de autoprotección y controlando permanentemente vuestro entorno más inmediato». No pensaba que podría definir tan bien el estado en el que son forzados a vivir cada día miles y miles de ciudadanos vascos.

Y así fue cómo el lehendakari me convenció para que me convirtiera en lo más degradante y miserable de la sociedad: en chivato. Tras aprender, gracias a la nueva página web de la Ertzaintza, cómo trabajan «los terroristas», vi en la calle a cinco personas con el rostro cubierto y actitud sospechosa que cercenaban con fuerza la libertad de una persona. Pero, ¡cachis!, se me adelantaron en la delación. Alguna «persona de bien» ya había contactado con la Policía autonómica para que retiraran de su «libertad» visual al inmigrante que intentaba pernoctar al raso con el manto de las estrellas y un cartón desplegado.

Me dije a mí mismo que mi labor cívica debía ser integral. Y con los ojos bien abiertos, me apresuré a llamar al teléfono que guarda mi anonimato para informar de que varias personas coartaban la libertad de una joven en Donostia. Claro que me tranquilizaron en seguida, cuando me dijeron que eran compañeros suyos que se llevaban detenida a una peligrosa «terrorista» de Donostia, para que cumpliera condena en la cárcel.

Y en espera de que otro iluminado facilite nuevas vías para «conquistar» su libertad, prefiero seguir, como hasta ahora, construyendo por la que lucha este pueblo durante siglos.

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