La Punta de Zorrotza, con sus 316.148 metros cuadrados, se perfila como una de las últimas operaciones de cirugía urbana que le restan por acometer a Bilbo en el entorno de la Ría; supone, en términos de superficie, la mitad que Zorrotzaurre. A pesar de que el Ayuntamiento trabaja en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), sus responsables tienen prisa en trazar las líneas maestras y lograr cierto beneplácito del movimiento ciudadano del barrio.

Por ello, la delegada de Urbanismo, Julia Madrazo, presentó ayer tres alternativas urbanísticas redactadas por la ingeniería LKS, que expondrán a los colectivos vecinales para que formulen sus aportaciones. Todas las propuestas contemplan el soterramiento de las vías de Renfe y la construcción de una nueva estación de cercanías semienterrada con un aparcamiento disuasorio que favorezca la intermodalidad entre el tren y el vehículo privado.

«Se elimina una trinchera que frena la conexión rodada y peatonal con el barrio de Zorrotza y que altera sensiblemente el día a día de los vecinos y vecinas», explicó la teniente alcalde y edil de EB. Además, la permeabilidad de la Punta con su entorno se acrecentará con la construcción de un puente móvil, que la conectará con la futura isla de Zorrotzaurre y por el que discurriría una línea de tranvía.

Madrazo destacó que se «ha valorado especialmente la ordenación de amplias zonas verdes y espacios públicos, que ocupan más de 65.500 metros cuadrados en todas las opciones. Las tres propuestas articulan un paseo hacia la Ría prolongando el actual de Olabeaga y un parque de ribera hacia el río Kadagua». «Se trata -añadió la concejal- de lograr un entorno agradable y sano en el que se pueda vivir, trabajar y disfrutar».

Las tres alternativas diseñadas por LKS proyectan el desarrollo de usos mixtos, residenciales y terciarios, comerciales y de oficina. Una de las hipótesis contempla la edificación de alrededor de 2.094 viviendas, la mitad de venta libre, en 209.385 metros cuadrados, mientras a actividades económicas se destina el 41%, 147.173 metros cuadrados. Es la que menos viviendas contempla, pues los otros diseños apuestan por construir 2.560 y 3.042 viviendas, y dedicar a empresas 187.464 y 191.262 metros cuadrados, un 42 y 39% respectivamente.

En la primera opción, el reparto de los usos en residencial-actividades económicas es de 21,96%, equipamientos públicos 16,93% y espacios libres y zonas verdes 23,48%, siendo en la segunda hipótesis 26, 16,70 y 23% respectivamente y en la tercera 25,39, 16,67 y 23,50%. Tampoco es baladí los coeficientes de edificabilidad que se barajan por LKS, partiendo de la controversia que se ha creado en Zorrotzaurre con el «abuso edificatorio», con 1,25 de metro cuadrado edificado por metro cuadrado de suelo, 1,55 y 1,72.

En todas las opciones el 50% de las viviendas son protegidas. Julia Madrazo insistió en que «se ha hecho un gran esfuerzo por combinar la regeneración urbanística, las demandas vecinales y la puesta en valor del patrimonio histórico».

En este capítulo se plantea la recuperación y puesta en valor del puente de Alzola para la conexión peatonal a través del río Kadagua y de los edificios de Grandes Molinos Vascos y Talleres Zorroza.