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Reforma laboral, grilletes y cadenas

El Gobierno español, frágil esquife a la deriva en el implacable océano de la crisis, se deja llevar por el oleaje de las presiones externas sin apenas preocuparse por recuperar un timón al que ya hace tiempo renunció. Cuando el FMI y la Unión Europea, con una foto del Partenón entre las manos, «aconsejaron» a Rodríguez Zapatero reducir el déficit público, éste obedeció recortando sueldos a trabajadores públicos y pensionistas, y amputando prestaciones sociales por doquier. Los beneficios fiscales del capital y la especulación bancaria permanecen intactos.

Pero los que mandan no se conforman. Toca ahora la reforma laboral, el recurso con el que patronal y Gobierno, en perfecta sintonía, pretenden colocar grilletes y cadenas a la clase trabajadora, con la vergonzante connivencia de los grandes sindicatos. En Madrid se representa estos días la ópera bufa de una negociación cuyo resultado es un secreto a voces: un nuevo abaratamiento del despido y el enésimo retroceso en los derechos laborales. Ya lo ha advertido el Gobierno a las centrales: si no hay acuerdo, la reforma se hará por decreto, como en las mejores democracias. Y para reducir cualquier atisbo de insurrección, si la hubiera, el sistema capitalista ha puesto en funcionamiento sus mecanismos más contundentes: ayer, la agencia Fitch Ratings bajó la calificación de la deuda española. Por si había dudas. De poco vale que, el mismo día y desde Madrid, el Nobel de Economía Joseph Stiglitz recomendase recortar la influencia de estas agencias, impunes responsables de la putrefacción del sistema financiero que provocó el estallido de la crisis.

La economía española hace agua y, lo que es peor, el desbordamiento amenaza con anegar también Euskal Herria por su dependencia tanto económica como política e institucional de Madrid. Esta evidencia está en la base del acto nacional que el próximo 5 de junio celebrará el sindicato LAB en Iruñea para consolidar su apuesta por el cambio social y político. El pabellón Anaitasuna se convertirá, de nuevo, en escenario para la esperanza.

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