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«Nuestro bosque autóctono debería aumentar en mucha mayor proporción»

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Miren Onaindia
Bióloga y profesora de ecología de la UPV-EHU

Responsable del grupo de investigación de Ecología Forestal y Recursos Naturales de la UPV-EHU, lleva dos décadas analizando la salud de los bosques de la CAV, junto a seis colaboradores del Departamento de Biología Vegetal y Ecología. Sus últimas investigaciones sugieren que, aunque sea de manera lenta, estas zonas boscosas se recuperan. Eso sí, la situación de los robledales dista de ser la mejor.

Joseba VIVANCO

¿Qué nos indica si un bosque está en buen o mal estado?

Hay muchas características. Una de ellas, muy importante, es el tipo de especies vegetales que hay dentro del bosque, porque esto es indicador del buen estado del suelo y de la madurez del ecosistema. Si el bosque está en buen estado de conservación tendrá una serie de plantas características de esta situación de madurez, sobre todo especies herbáceas y helechos. Estas especies son muy sensibles a los cambios de condiciones, y pueden desparecer cuando el suelo se degrada o cambia el régimen de luz... Por otra parte, el tamaño de las manchas o rodales es importante, ya que los bosques que están muy fragmentados, es decir, que se encuentran formando pequeños rodales y separados entre sí, tienden a ser invadidos por especies no forestales y su evolución, si el tamaño es muy pequeño, es a desaparecer. Esto ocurre, por ejemplo, con muchos robledales en Bizkaia y Gipuzkoa, que se encuentran muy fragmentados y forman pequeñas manchas en vaguadas, entre las plantaciones de pinos y entre los prados.

¿Y cómo es el estado, en general, de nuestros bosques?

Euskadi tiene una gran superficie forestal. Podemos decir que los hayedos, que se dan en alturas montañosas superiores a los 600 metros de altitud, en general están bien conservados, sobre todo en zonas como Aralar, Aiako Harria, Urkiola, etc. Sin embargo, los robledales, cuyo territorio natural es en alturas inferiores a los 600 metros, se encuentran muy disminuidos en su extensión potencial, que está ocupada por plantaciones de pinos, fundamentalmente, sobre todo en Bizkaia y Gipuzkoa. En la zona costera se dan los bosques de encina, y éstos también están bien conservados, como los de Urdaibai, zonas costeras en Zarautz...

¿Qué evolución han apreciado en estos veinte años de estudio?

En los últimos años se ha comprobado que la superficie de los bosques naturales va en aumento, sobre todo por un aumento en la superficie de los robledales. Esto es una tendencia positiva, aunque debiera darse en mayor proporción. Son los bosques naturales de un largo ciclo de crecimiento los que mantienen la biodiversidad y realizan las funciones protectoras que hemos comentado. Las plantaciones forestales pueden realizar las mismas funciones si se gestionan de manera sostenible.

¿Pero lo que aumenta es el bosque propiamente dicho o son los cultivos forestales?

El bosque propiamente dicho.

Porque un bosque no es un cultivo, denuncian muchos a los que no les gusta tanta explotación forestal...

Los bosques naturales son como mosaicos de mucha diversidad de especies de árboles de distintas edades y tamaños, arbustos y plantas herbáceas. Mientras, un cultivo es una plantación monoespecífica de árboles de la misma edad. Por una parte, las plantaciones forestales que ocupan mucha superficie en el territorio disminuyen la biodiversidad vegetal y animal. Pero los problemas más importantes que ocasionan son debidos al tipo de gestión forestal que se realiza en las plantaciones, que conlleva en general grandes movimientos de suelo y produce mucha erosión. Una especie de árbol no es mejor o peor, en sí misma, sino que lo que influye en su idoneidad es cómo se gestiona.

Porque da la impresión de que hay demasiado pinar. ¿Tiene una mala prensa el pino más allá de quien se beneficia de su aprovechamiento forestal?

Las plantaciones, como las de pino, en sí mismas no deberían ser un problema si se gestionan con criterios de sostenibilidad, es decir, manteniendo una diversidad en el paisaje y evitando procesos de pérdida de suelo. Sin embargo, en Euskadi, en muchas ocasiones, estos cultivos han dado origen a problemas de este tipo.

¿Y el bosque autóctono aumenta en la progresión deseada?

Va aumentando lentamente, aunque desde el punto de vista de la conservación de la biodiversidad y de las condiciones medioambientales debería aumentar en mucha mayor proporción. Sobre todo los terrenos de titularidad pública.

Ustedes ponen como ejemplo el robledal de Arratzu, ¿por qué?

En Bizkaia los robledales se encuentran muy fragmentados, muy relegados a pequeñas manchas esparcidas en el territorio, por eso en nuestras investigaciones sobre robledales hemos tomado el de Arratzu como modelo de conservación.

 

pinares

«Las plantaciones de pino en sí no deberían ser un problema si se gestionan con criterio. Pero en muchas ocasiones son causa de problemas»

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