La Policía británica elevó de cinco a doce el número de víctimas mortales y a 25 la cifra de heridos, tres de ellos en estado crítico, a causa de la serie de tiroteos registrados ayer en la región de Cumbria, en el noroeste de Inglaterra, y tras los que murió también el presunto autor de los disparos, al que las autoridades identificaron como Derrick Bird, un taxista de 52 años, divorciado y con dos hijos.

«Hasta este punto hemos recuperado doce cuerpos más el de Bird y seguimos la búsqueda», afirmó en rueda de prensa el vicecomisario jefe Stuart Hyde, que no dio detalles sobre las víctimas porque aún se estaba informando a sus familiares, informó Europa Press.

El jefe adjunto de la Policía local confirmó que poco después, según recogió Efe, de los tiroteos fue hallado en un bosque de ese condado el cuerpo sin vida de Derrick Bird, quien, según todos los indicios, se suicidó después de haberse dado a la fuga con su automóvil.

Las autoridades dijeron ayer desconocer las motivaciones que llevaron al presunto autor de los disparos a actuar de esa forma ni si tenía acceso legal a armas de fuego, según informaciones de los medios británicos.

Las fuerzas de seguridad dijeron haber recuperado las dos armas que habría usado Bird para matar a esas doce personas, mientras fuentes cercanas al responsable de los tiroteos le describen como un aficionado a la práctica del tiro.

Treinta escenarios

Sin descartar que aparezcan nuevos casos, la Policía localizó ayer al menos 30 escenas de crímenes independientes entre sí y puso a disposición de la población de Cumbria un número de teléfono para que informaran de los posibles movimientos de Bird en las últimas horas por si hubiera podido causar más muertes.

Pese a la confusión de los primeros momentos, todo apuntaba a que el pistolero, que se movió en coche, no siguió un patrón determinado para cometer sus crímenes, ya que vecinos de las primeras localidades donde actuó -Whitehaven, Gosforth y Seascale- relataron que Bird se había limitado a bajar la ventanilla del vehículo y disparar indiscriminadamente a personas elegidas aparentemente al azar. En la primera de ellas disparó a varios compañeros de profesión.

«Se trata de un incidente realmente excepcional», dijo Stuart Hyde, del cuerpo policial de Cumbria, quien añadió que «lo sucedido ha dejado a la gente de esta zona y de todo el país en estado de shock».