La 26 edición de la Bienal de Máquina-Herramienta cierra sus puertas. La crisis ha protagonizado este encuentro de fabricantes y compradores y, al contrario de lo que parecía en un principio, el evento se animó a medida que pasaron los días. Lo cierto es que la maquinaria y los productos expuestos son de primer nivel, pero no han podido ocultar el peso de la crisis económica. El presidente de la Asociación de Fabricantes de Máquinas-Herramienta (AFM), Koldo Arandia, destaca «ese buen nivel» y que, pese a la crisis económica, «el sector sigue innovando y avanzando».

¿Qué balance previo, a falta de datos concretos, se puede hacer de la Bienal?

La feria ha estado animada. La asistencia se corresponde con los niveles de preinscripción y ha ido creciendo con el paso de los días. La Bienal atrae, porque conocen que hay buen producto y nadie quiere perdérselo.

¿La máquina-herramienta ha evolucionado con el propio modelo productivo?

La innovación en la máquina herramienta es un camino constante y permanente. No hemos empezado a innovar hace dos o tres años, sino que se innova desde nuestros orígenes. Si ves una máquina de hace diez años y la comparas con las actuales se produce un salto importante. Si nos vamos a las de quince o veinte años que suele ser la vida media útil, la diferencia que ven los clientes es abismal.

Es evidente que esta edición está tocada por la crisis, pero ¿se producirá un relanzamiento de la actividad del sector?

La bienal es un hito importante para los fabricantes vascos, pero es una acción más de toda nuestra actividad de promoción, márketing y venta de nuestros productos. Somos un sector internacionalizado. Trabajamos en el mercado global. El 75% va al mercado internacional. Es una feria internacional, pero el 80% de los visitantes son del Estado y. dentro de ese colectivo, los clientes vascos son mayoría. La incidencia, aun siendo feria internacional, es limitada. Puede servir para dinamizar esta parte del mercado. También la publicación en el Boletín Oficial del País Vasco del plan renove para las ayudas a la máquina-herramienta ha dinamizado, ha despertado a los inversores para intentar beneficiarse.

¿El anuncio de este plan fue pactado con el Gobierno de Lakua para este evento?

Pactado no, pero sí teníamos alguna sospecha en el sentido positivo de que durante la bienal habría una buena noticia. El plan de incentivos que el Gobierno vasco puso en marcha el año pasado para la ayuda a la industria en general, no a la maquina-herramienta, para compra de equipos fue exitoso y fue valorado desde el punto de vista de análisis económico de los expertos como uno de los mejores. Fueron un éxito y el Gobierno dijo que era interesante repetir la acción. Hemos estado en comunicación con ellos para que fuera así, al igual que hacemos gestiones en Madrid para que el Gobierno español replique el programa al resto de los fabricantes.

¿Diez millones en ayudas está bien en tiempo de recortes sociales?

Nos ha sorprendido la cantidad debido a las limitaciones presupuestarias de las administraciones sabemos que el esfuerzo y compromiso del Gobierno con la industria es importante. Nos satisface. El año pasado la ayuda fue de cinco millones y con el éxito se amplió en cinco millones más. Pensamos que en esta ocasión no habrá posibilidad de ampliación por las restricciones que hay, pero la ayuda ofrecida es significativa.

¿Qué retos tiene a partir de este momento la máquina-herramienta?

Uno de los principales es hacer frente al papel preponderante de las economías asiáticas desde el punto de vista de la producción como del consumo. Es decir, Taiwan, Corea y Japón eran importantes actores en el mundo de la máquina-herramienta, pero se ha incorporado China e India. China es el primer fabricante mundial y es el primer consumidor mundial de máquina-herramienta. Nos va a obligar a pescar en nuevos caladeros, que no son del todo desconocidos para nosotros, porque llevamos tiempo, pero sí son más distantes y más difíciles. En eso estamos.

¿Qué estrategia van a seguir los productores vascos?

Vamos a tener que estar cerca de los clientes. No hablo de deslocalización de plantas, pero el factor de cercanía y proximidad con la producción de bienes de equipos es un factor decisivo para establecer relaciones comerciales. Nos va a obligar a tener una presencia física con oficinas propias para promoción, venta, asistencia técnica y puesta en marcha en destino, y quizá la integración de aquellos elementos de menor valor. Todos los elementos principales de la máquina como la ingeniería, seguirán radicados en nuestras matrices. No es de descartar, por aspectos arancelarios, que tengamos que hacer algún grado de implantación en destino. Las cosas son así.

¿Van a salir solos, agrupados...? ¿Cómo?

Solos es muy difícil. Porque el perfil medio de las empresas de máquina-herramienta es de entre 60 y 75 personas. Con esa plantilla, entre personal directo y montadores de máquina, la posibilidad de hacer frente a un mercado globalizado en Asia, Europa, Canadá, Estados Unidos y México es complicado. Me gustaría que el sector reaccione ante este nuevo escenario y empecemos a colaborar, a cooperar y a crear alianzas. Está claro que Brasil, China e India son puntos necesarios de desarrollo de la internacionalización de la máquina-herramienta, aunque en Brasil hay restricciones arancelarias que habría que corregir. Tenemos mucho futuro, si seguimos trabajando en esta línea de esfuerzo e innovación.

¿Ve disposición en el sector?

Veo que el momento es oportuno, y la sensibilización del sector es superior a cualquier otro estadio precedente. En este momento, a través de uno de los programas de Industria del Gobierno vasco, el Plan Compite, se están analizando entre un grupo de asociados a AFM, que han mostrado interés en este tipo de alianzas, acuerdos y colaboraciones, en qué acciones estarían interesados en colaborar los unos con los otros. De este proceso abierto y que debiera culminar a finales de julio están apareciendo campos de colaboración e interés en hacer cosas juntos, como no podía ser de otra manea.

¿Cuáles puede adelantar?

A nivel de I+D+i, el sector viene colaborando de forma modélica estos últimos años, pero penetra hasta cierto estadio, porque cuando hay empresas competidoras hay ciertas reservas a traspasar algunas fronteras. Sí nos gustaría que hubiera acuerdos más sólidos entre las empresas que nos permitiera n compartir desarrollos y conocimientos en niveles de creación de máquinas. A nivel de compras, aglutinar volúmenes es necesario para tener acceso a mejores condiciones. Y en acciones comerciales, trabajamos bajo la idea de una apertura compartida de delegaciones en diferentes puntos de interés.

¿El sector se mueve más ahora porque la crisis ha activado esa inquietud para no quedar postergado?

El sector nunca ha estado parado, ha estado más concentrado en otro tipo de líneas y movimientos. En estos dos años ha trabajado duramente y prueba de ello es la presencia innovadora en esta bienal.

De los productos de las empresas que exponen hasta hoy en el BEC existe un alto nivel.

Sí. Euskadi, sin lugar a dudas, en algunos tipos de máquina si no tiene la mejor oferta del mundo, está entre las mejores. En todo lo que es la línea de fresado y mandrinado somos un referente a nivel mundial. Está corroborado en ventas a Alemania, Italia, Francia, China, India y en todas las partes del mundo. Nos hemos especializado. En los últimos años, por ejemplo, hemos sabido dar respuesta a la fabricación de componentes de aerogeneradores desde fundidores y mecanizadores. Con la oferta que hacemos los fabricantes vascos en este sector, somos un punto de referencia mundial en aerogeneradores.