El cuerpo como lenguaje universal en «Mintzo» de dantzaz konpainia
El cuerpo es, según el trabajo «Mintzo» que estrena hoy Dantzaz, el mejor medio de comunicación humano para hablar de nuestras dudas, de nuestros recelos. Este poema al entendimiento entre los individuos ofrecerá en el Victoria Eugenia tres creaciones de las coreógrafas emergentes Sophie Antoine, Hilde Koch y Jone San Martín.
Itziar AMESTOY
Con la misma filosofía con la que nació, pero con una apuesta radicalmente diferente en cuanto a contenido, Dantzaz konpainia estrena hoy su nuevo trabajo, «Mintzo», a las 20.00 horas en el Victoria Eugenia. Con este espectáculo, el grupo ha hecho una apuesta clara por coreógrafos emergentes, reuniendo los trabajos de tres creadoras. Por un lado Sophie Antoine, que encarna en sí el espíritu de la compañía; junto a ella, Hilde Koch, quien estrenará una nueva pieza junto a la que presentó el año pasado; y, por último, la donostiarra Jone San Martin, que presenta por primera vez en casa una composición propia.
Sobre el escenario serán nueve los bailarines de Dantzaz que darán vida a estas coreografías. A los diez que estaban el año pasado hay que quitarles, precisamente, Sophie; que regresa a la compañía pero como coreógrafa. Después de dos temporadas en Dantzaz, ha imaginado el primer encuentro entre nueve bailarines en «Dis-Connected». Estos deben trabajar juntos, aunque el hecho de expresarse en diferentes idiomas dificulta enormemente su comunicación. Recurrirán así, sobre el escenario, al lenguaje del cuerpo que «les permitirá seducirse y revelará la personalidad de cada uno», según presenta Antoine.
En segundo lugar, el Victoria Eugenia acogerá los dos trabajos con los que regresa a Donostia Hilde Koch. Con «Torque», ya estrenado en el 2009, Koch quiso introducir en los bailarines la improvisación, una herramienta que califica como esencial en la composición coreográfica. Ahora estrenará «Smoke Rings», donde cuenta con la complicidad musical de la poetisa, dibujante y artista experimental Laurie Anderson. «Es un trabajo en formato viñeta, con un humor bastante absurdo», describe la coreógrafa sobre el cuarteto que se verá mañana. Persigue que los bailarines entren «en otro registro de movimiento y de rítmica». Reconoce que es un reto tanto para ella como para los componentes. «Mintzo» ha reunido así a Koch con Antoine, que el año pasado bailó una coreografía suya en la compañía. Recuerda que se sentía incómoda ante la improvisación, por lo que comenta la bonita sensación que tiene al ver ahora un trabajo suyo.
La tercera coreógrafa, Jone San Martín, ha trabajado con todos los bailarines en «Gorputitz». El nombre, explica, recrea la unión de palabras «Eskutitz», «palabra de la mano». «Gorputitz», por tanto es el sonido del cuerpo, que tiene una combinación «extraña» al unirse a la música de Mozart. Con el movimiento de la pieza ha buscado «que se vea quiénes son, que hable de ellos». La coreógrafa donostiarra ha valorado muy positivamente el hecho de poder trabajar en casa. Reconoce que al crear también se tiene en cuenta «dónde se va a presentar, qué publico va a venir». También toman en consideración las necesidades de la compañía. «El hecho de estar aquí influye en el proceso de creación».
Además de para los nueve bailarines que forman hoy en día Dantzaz, las coreógrafas también valoran este espectáculo como una oportunidad para ellas. Jone relata cómo el inicio es complicado, ya que «diriges a un grupo que no conoces y ellos a ti tampoco». Comienza así un periodo de descubrimiento, «de enamoramiento con cada uno de ellos». Las coreógrafas intentan sacar lo mejor de cada uno, «la persona que hay detrás del bailarín». Esta sensación es en cierta medida compartida por Hilde, quien resume: «Nos alimentamos mutuamente».
Desde que naciera la compañía en el año 2002, por ella han pasado 32 bailarines, de los cuales 23 han conseguido después contratos en grupos europeos. El mejor ejemplo llega con Sophie Antoine que, tras dos años en Dantzaz, es actualmente solista en el ballet de Nuremberg, bajo la dirección de Goyo Montero. Estos son los logros de la compañía. Es un trabajo que los jóvenes que se quieren iniciar en la danza agradecen. Como muestra, cabe resaltar que a las pruebas del año pasado se presentaron un total de 157 bailarines de diferentes puntos de Europa que aspiraban a una de las 10 plazas. Jone San Martín la resume como «una de las propuestas mas realistas de Donostia». Añade que trabajar con sus componenes es «muy serio y agradable al mismo tiempo». Hilde Koch coincide con ella al valorarla como una propuesta «muy interesante» tanto para los bailarines, que trabajan con diferentes coreógrafos, como para ellas, «que es como un reto». «Ese tipo de plataformas donde se pueden desarrollar los bailarines jóvenes es una ayuda muy grande que hay que apoyar». Los números hablan por sí solos ya que entre setiembre y junio han tenido la oportunidad de ofrecer 40 funciones.
Sin embargo, Dantzaz konpainia no se limita a dar forma a espectáculos para mostrar sobre el escenario, sino que también trabaja en crear nuevo público. Este objetivo lo desarrollan en dos vertientes. Por un lado, gracias a un programa de sensibilización llevado a cabo en las ikastolas, en el que en total han participado más de 800 alumnos. El segundo eje consiste en sacar los ensayos a la calle. Con estas muestras públicas que han realizado, entre otros lugares, en mercados de Donostia y Errenteria, buscan acercar la danza a sitios donde no se suele encontrar.
Obra: «Mintzo».
Fecha: Hoy, 5 de junio.
Hora: 20.00 h.
Precio entradas: 12, 15 y 18 euros.