A menudo hablamos de lo terrible que es el capitalismo, acudimos a manifestaciones y hasta hacemos huelgas generales de una jornada. Todo esto está muy bien, pero no es suficiente. El capitalismo continúa. Procesión hoy, huelga mañana y pasado mañana, ¿qué? ¿De nuevo a comprar? Pues no. Es fácil, tenemos tiendas de comercio justo, de segunda mano, asociaciones de compra-venta directa entre pequeños productores y consumidores, autobuses, trenes y hasta banca ética. Son escasos, pero si los usamos se extenderán. Es hora de actuar. ¿A qué esperamos? ¿A la siguiente huelga general? ¿A un nuevo 1917? ¿A que los marcianos nos rescaten?

A todo esto, las obras del TAV continúan, los transgénicos continúan. Lejos de tratar de recuperar nuestro ecosistema, el lobby forestalista continúa potenciando el monocultivo del pino y del eucalipto, ahora para hacer biomasa.

Hoy más que nunca es necesario un tanto de rabia y de amor.