Maite SOROA | msoroa@gara .net
Ahora les toca a los curas vizcainos
L as cosas del clero vasco siempre han sido objeto de especial seguimiento por la prensa española. Y es que el grueso de los propagandistas del nacionalismo hispano buscan ahí buena parte de las razones de todos sus peores males.
Ayer, Miguel Massanet Bosch, en «Diario Ya», se refería a la oposición a la imposición de obispos integristas y, como se pueden imaginar, se subía por las paredes.
Según el columnista, «si no fueran bastantes los perjuicios que le han causado, al prestigio de los ministros católicos, los casos de pederastia, exagerados, sin duda, por sus enemigos, pero que no se puede negar que han existido; no faltaba nada más que, como ya ocurrió con el nombramiento de Monseñor Munilla en Guipúzcoa, no sabemos si por simple empeño de considerar a los vascos superiores al resto de españoles o por pensar que un obispo al estilo de Monseñor Setién les aproximaría más a sus pretensiones de carácter separatista; pero el caso es que, ahora, se vuelve a repetir, en el caso del obispo de Bilbao, una nueva insurrección de sus vecinos vizcaínos». Observen la malicia de comparar la pederastia con la oposición al integrismo. ¡Qué cuco el tío!
Asegura Massanet que los curas vizcainos, «rebelándose contra su autoridad, como vulgares hugonotes, están pretendiendo imponer un prelado nacionalista». Y de ahí da un salto muy gracioso: «No olvidemos los pecadillos que han ido acumulando los sacerdotes vascos en las distintas contiendas que han tenido lugar, como en el caso de los Carlistas, o los que apoyaron a los rojos durante la pasada Guerra Civil española».
El salto de «los rojos» a «la ETA» es sencillo para Massanet: «ya se ha dicho que, en las iglesias vascas, se ocultaban activistas de la ETA; ya se hablaba de las intervención de algún obispo, mediando entre los terroristas y el Gobierno de la nación; se sospechaba que se celebraban reuniones de separatistas dentro de los claustros de los monasterios vascos». Y como conclusión, dice Massanet que «suena a cisma, revela muy poca humildad y respeto por el Papa». Yo de niña aprendí que el respeto debe ser siempre mutuo. Si no es así, es simple servilismo. ¿O no?