La caravana humanitaria «Bety Cariño y Jyri Jaakola», que pretendía romper el cerco paramilitar que rodea al municipio autónomo de San Juan Copala, en el Estado mexicano de Oaxaca, informaron las autoridades del municipio y los organizadores.

El periodista de la revista «Contralínea» Zósimo Camacho, que acompañó al convoy formado 300 personas, ocho autobuses y que portaba 35 toneladas de ayuda, confirmó a GARA que las autoridades estatales y federales desplegaron un gran operativo policial en la zona, pero que no entró en los dominios de los paramilitares del Ubisort. Agregó que les recomendaron, alegando razones de seguridad, abandonar la marcha.

Los activistas humanitarios, indignados, tomaron la decisión de replegarse, «porque no querían más muertos». Después, se dirigieron a la cercana ciudad de Huajuapan de León, donde almacenarán la ayuda «para intentar entrar en otra ocasión».

Una vez allí, los organizadores dieron una rueda de prensa para acusar a los gobiernos estatal y federal de «proteger a los asesinos» en lugar de «asegurar el libre tránsito y la no agresión» a la caravana y a Copala.