Informar de una actividad de escalada en hielo a las puertas del verano parece una incongruencia, pero, bueno, para eso están las sopresas. «Diversión asegurada para el verano». Así empezaba el correo que Jordi Tosas nos envíaba recientemente. Y seguía: «Marc Serradell y yo hemos abierto una ruta que se llama «Dogma», justo situada en las profundidades de una cueva de los Alpes. Recorre una interesante bóveda de hielo que descubrimos por casualidad mientras buscábamos la famosa línea de Jean Christophe Lafaille llamada «Hurlements». Hielo deportivo y subterráneo que dejó mis bíceps exhaustos tras el encadenamiento».

Esta es la nueva propuesta de los alpinistas catalanes Serradell y Tosas, una propuesta con tintes de exploración: «Aproximación con vehículo todoterreno, cargados de cuerdas estáticas y decenas de frontales que los amigos nos han prestado. Instalamos cuerdas fijas y nos fuimos a explorar los sistemas de galerías heladas de esta sima glacial. Mientras nos arrastrábamos por un entramado de salas ciegas y pasos muy estrechos, un desprendimiento de hielo nos dejó sin respiración al creer que nos había bloqueado la salida. El resto de la jornada con mucha diversión y risas mientras hacíamos el murciélago armados de piolets y crampones».

El resultado de la actividad es muy sorprendente: una ruta muy desplomada, escalada sin taloneras, ni yaniros y con el equipo de cascadista invernal y muy poca luz.

Estas eran las primeras impresiones de los dos alpinistas catalanes tras escalar esta vía en hielo subterráneo llamada «Dogma». En un principio, en algunos medios, se ha hablado de escalada en hielo fósil, pero Serradell ha querido aclarar a GARA que no se trata de hielo fósil estrictamente: «Hay que hablar de capas heladas antiguas de hielo glaciar debajo de un gran cono de avalanchas con gran poder de regeneración. Su alimentación es de nieve con degoteo constante. No es una surgencia de la roca y tampoco hielo seco fósil, sino capas de transformación. Se trata del mismo daño que le podamos hacer a un frontal de serac, una grieta profunda, un moulin de un glaciar abierto o un iceberg. Existe regeneración positiva. Si no, no la hubiéramos escalado como otras formaciones que sí eran de hielo fósil que vimos en otras salas».

Realizada la aclaración, su compañero Tosas toma la palabra para hablarnos de la experiencia que han vivido en y con «Dogma». El alpinista señala que fueron en busca de proyectos perdidos y de rutas olvidadas, aunque míticas: «Nos decidimos autoengañar y nos lanzamos a las profundidades ignotas de los Alpes en busca de un mito antiguo, la vía «Hurlements». Lafaille luchó con la técnica de la época sobre un desplome helado que hacía soñar no por la ingravidez, sino por la magia de los colores del escenario. Nosotros buscamos ese lugar pero el tiempo lo había borrado. En su lugar encontramos un techo alucinante, aunque en otra sala. Magia, muy pocos pegues para la veintena de metros a 40º-45º. Preequipamos con tornillos, pero no tallamos ni una presa. Entiéndase, cada golpe marca y eso es inevitable».

Hielo subterráneo

Preguntamos a Tosas si nos encontramos ante una nueva época de escalada en hielo con propuestas con hielo spray de Gadd y Emmet o éstas de hielo subterráneo (cada vez más de moda) aunque en este caso ya se practica desde hace un par de décadas. Esta es su respuesta: «No creo que haya una nueva era. Como bien dices, desde hace décadas se practica el hielo subterráneo, fósil, seracs y mixtos de todo tipo y más o menos deportivo. Para mí ha sido una anécdota, al igual que los impresionantes techos de hielo de los seracs antárticos. Allí no propuse ningún grado técnico, pero vas subiendo metros y el número sin duda sube. «Spray On» es una pasada como ascensión, divertida, dura y tecnica, pero no deja de ser otra singularidad».

Y ya que Tosas ha citado el tema de la graduación, tenemos que señalar que los dos alpinistas catalanes han propuesto «Dogma» como mínimo de 9. Y se explican: «Entrar a saco en grados no es nuestra mentalidad. Lo que proponga Gadd nos parece perfecto. Tiene el criterio suficiente para hacerlo, pero no tiene nada que ver con las cascadas. Es hielo, pero es otra forma de escalarlo. No nos obsesionamos en esas cosas; no siempre escalamos por un número. En «Dogma» lo pasamos maravillosamente. No hemos propuesto Water Ice (WI). Comparada con las fotos de Lafaille creemos que es más dura y que su gestualidad técnica en hielo podría ser como mínimo de 9. Tanto Lafaille como nosotros nunca hemos hablado de grado WI».

Y no lo citan porque, según Serradell y Tosas, toma otra dirección: «Por ejemplo, la cascada está ahí y seguirá estando ahí. Cuando escalas un serac en Alpes, Himalaya o la Antártida, quizás escalas un nivel técnico muy elevado. Esto no es fragilidad de hielo de cascada. Nadie se ha preocupado antes de todo esto. Es algo diferente. Se gradúa la dificultad del gesto técnico y la capacidad física necesaria para el encadenamiento de todos los movimientos».

Lafaille no quiso dar información sobre la ubicación de «Hurlements» debido al rastro que dejaban los piolets. Los catalanes también se decantan por el secretivo: «No hemos dicho dónde está. Este hielo debe ser preservado por respeto a todos los que quieran disfrutar de su belleza de colores y descubrirlo en las profundidades de cavernas. El respeto debe ser garantizado. Son escaladas que tienes que desear. No es un parque de atracciones. Investiga, descubre y escala si crees que debes hacerlo. Respeto, compromiso y no diría ética, sino moral».