Las exigencias del guión pasaron de largo en el circuito canadiense de Gilles Villeneuve. La continuidad que muchos auguraban se tropezó con un giro de la trama que pilló desprevenidos a muchos. Aunque, en un ejercicio de olfateo predecible, en los entrenamientos del sábado ya se pudieron observar ciertas rupturas de tendencias, no fue hasta el día de la carrera de ayer cuando se vio que el cambio de dinámicas ya ha infundido el miedo en la filas de la escudería Red Bull, que observa cómo los enanos empiezan a ser más grandes que ellos.

Gracias a una horrible gestión de los neumáticos por parte de los Red Bull, McLaren pudo festejar por todo lo alto la consecución de un doblete que no sólo les arma de moral para afrontar más de la mitad del calendario que resta por delante, si no que les da opciones más que reales de cara a un hipotético logro del Campeonato Mundial. El primer paso está más que dado, ya que con la victoria de ayer, Lewis Hamilton se encarama a la primera posición de la clasificación.

Fue una carrera sin jerarquías. Desde el inicio, la lucha fratricida dentro de las escuderías que se ha visto hasta ahora, dejó paso a batallas globales; todos contra todos. En ese caos, los adelantamientos y cambios de posición fueron constantes entre los pilotos de las primeras posiciones.

Los seis primeros pilotos rodaban en menos de 10 segundos mediada la mitad de la carrera. No obstante, los Red Bull comenzaron a sufrir de blistering ¯creación de ampollas en la superficie del neumático¯ y la falta de agarre les convertía en presas apetecibles para aquellos que, sedientos de venganza contra el tirano, pretendían punzarles con la metáfora del cazador cazado.

Hamilton y Button rodaron con firmeza las últimas vueltas en el circuito canadiense, manteniendo a raya a un Fernando Alonso que bastante tuvo con cruzar la línea de meta para ocupar la tercera plaza del podio.

La nota negativa la pusieron Felipe Massa, que llegó decimoquinto, y también la escudería Mercedes, que apuntaba grandes mejoras tras Turquía, pero que ha vuelto a dar un notorio paso atrás.